lunes, 9 de mayo de 2016

JUDITH GAUTIER



                                         Louise Charlotte Ernestine Gautier

       
                       

                       
                                              


        Louise Charlotte Ernestine Gautier (París, 25 de agosto de 1845- Dinard-Bretaña, 17 de diciembre de 1917).
        Hermana de la cantante y bailarina de ballet Carlotta Grisi e hija de Ernesta Grisi y Teófilo Gautier (maestro de la novela romántica francesa). Fue una poetisa, novelista, compositora y musicóloga francesa importantísima.
        Una mujer pionera en casi todo. Recibió una cuidadosa educación y sobre todo siempre tuvo libertad de elección. Se propuso escribir, pintar, esculpir, aprender chino, música...
        Cuando era joven su padre "rescata" a un indigente chino llamado Ding Dungling (poeta y estudioso, exiliado en Francia por su implicación en la Rebelión Taiping) y enseñará a Judith los misterios de la cultura y la lengua china. Ahí comenzará su encuentro con Asia y su pasión por China (también aprendería japonés con un experto lingüista).
        Fue una de las grandes figuras de su tiempo y también admirada por Baudelaire, Mallarmé, Sargent, Flaubert... y otras muchas personas de la vida artística de la época (Baudelaire le dedicaría "Las flores del mal" y John Singer Sargent la retrataría).
        En 1866 se casa con Catulle Mendés (su padre se opuso y no acudió a la boda) pero se separó pronto de él.
        En 1867 inicia su producción literaria traduciendo al francés obras chinas, como El libro de Jade (con el seudónimo de Judith Walter) una selección y traducción de poemas de los principales poetas clásicos de la dinastía Tang (S.VII-VIII), edad dorada de la poesía china, y Song (S.X-XIII). Tenía 22 años.
        La amarían Richard Wagner y Victor Hugo entre otros.
        Fue la primera traductora moderna del chino al francés y su influencia rebasó fronteras.
        Escribió numerosos poemas, cuentos, novelas y obras de teatro. Le encantaba Alemania, Turquía, Persia, Japón y, ante todo, por supuesto, China.
        En octubre de 1910 se convirtió en la primera mujer miembro de la Academia Goncourt.
        Algunas de sus obras: El libro de Jade, El dragón imperial, El usurpador, China, Lucienne, La conquista del paraíso, Pareja de un elefante blanco, Poemas de la libélula, El collar de los días, Grito de la seda y oro, Pareja de un gran cantante...





                                



        Judith tradujo y reunió una colección de piezas de los poetas clásicos chinos más célebres. Decir que tradujo solamente sería equivocado, puesto que esos poemas fueron reinterpretados por ella misma.
        La aparición de esta obra marcó un inicio en los intercambios literarios entre Asia y Europa.
        Fue una escritora perseverante, muy liberal (lo cual se nota en su trabajo).
        En este libro (uno de los más famosos de su obra) mezcla su propia visión y fue una auténtica novedad en la literatura europea.
        Gautier organiza los poemas temáticamente: los enamorados, la luna, el otoño, los viajeros, el vino, la guerra y los poetas.
        Poemas bellísimos, melancólicos, delicados...
        Más de setenta poesías clásicas de más de una veintena de autores.
        Un libro que aunque parezca ligero es todo lo contrario y que hace que parezca actual a pesar de estar escrito hace tantísimos años. Evocador y tierno. Fue una suerte toparme con él y disfrutarlo. Interesante y emotivo.
        


        Algunos de los versos o poemas que más me han gustado:

        "Los pájaros saben encontrarse entre el follaje;pero
        las lágrimas que caen de los ojos de los jóvenes como
        lluvia de tormenta no devuelven a los ausentes".

        "Voy a bordar unos versos entre las flores del abanico
        que le estoy preparando; y así quizá los caracteres le
        dirán que vuelva".

                      "LA HOJA SOBRE EL AGUA
        El viento ha descolgado una hoja de sauce; ha caído
        ligera sobre el lago y se ha alejado,
        mecida por las olas.

        El tiempo ha borrado de mi corazón un recuerdo, uno
        que se ha disipado lentamente.

        Tendido al borde del agua, miro con
        tristeza la hoja
        que viaja lejos del árbol inclinado.

        Ya que desde que he olvidado a aquella a la que amaba,
        sueño todo el día, tristemente tendido en la orilla.

        Y mis ojos siguen siempre a la hoja, que ahora ha vuelto 
        bajo el árbol, y pienso que en mi corazón el recuerdo
        no se ha borrado nunca."



        "Pero las cosas que están hechas
        para unirse rara vez lo hacen".
        "Me parecía que todas las alegrías
        de mi infancia habían ardido junto con la casa.
        Sentí ganas de morir y me incliné sobre el agua".
        "Mi corazón se retuerce de dolor al verlo tan alejado de mí,
        amarrado a la orilla por una cuerda de seda".
        "La pequeña flor, aunque muerta, baila levemente
        sobre el agua; igual que yo canto con el alma desolada".
        "Jamás se la ve pararse ni retroceder.
        Pero el hombre tiene pensamientos breves y a menudo vagabundos".
        "La nube es menos sombría, y yo
        estoy menos triste en mi barca solitaria".
        "Una cigüeña viuda retorna a su nido solitario,
        triste y lentamente, como si aún esperara ver regresar
        a aquel que no volverá más".
        "La noche y la soledad me llenan el corazón de tristeza".
        "Los nenúfares quieren consolarme;
        pero ya, al verlos, he olvidado mi pena".

                 " LOS CABELLOS BLANCOS
        Los saltamontes verdes crecen a la par que el trigo;
        del mismo modo, en la bella estación,
        los jóvenes beben y juguetean.

        Pero aquellos cuyo espíritu se eleva,
        pronto se vuelven tristes, ya que los nubarrones
        oscilan a mitad de camino hacia el cielo.

        Las oscuras golondrinas se marchan; las níveas cigüeñas llegan;
        lo mismo que los cabellos blancos suceden a los negros;

        Y es esta una regla única sobre la tierra;
        igual que no hay más que una luna en el cielo."


              " EL ANOCHECER DE OTOÑO

        El vapor azul del otoño se extiende sobre el río;
        las pequeñas hierbas están cubiertas de blanca escarcha,

        Como si un escultor hubiese dejado caer sobre ellas polvo de jade.

        Las flores no tienen ya perfume alguno;
        el viento del norte las hará caer, 
        y pronto los nenúfares navegarán sobre el río.

        Mi lámpara se apaga por sí sola, la velada ha terminado, voy a acostarme.

        El otoño es muy largo en mi corazón, 
        y las lágrimas que enjugo en mi rostro siempre se renuevan.

        ¿Cuándo vendrá a secármelas el sol del matrimonio?".



                    
                     "PENSAMIENTOS DE OTOÑO
        Aquí están las tristes lluvias;
        parece que el cielo llorara la partida del buen tiempo.

        El tedio cubre el espíritu como un velo de nubes,
        y nos quedamos tristemente sentados en el interior.

        Es el momento de dejar caer sobre el papel 
        la poesía atesorada durante el verano;
        así como caen de los árboles las flores maduras.

        Adelante; mojaré los labios en mi taza
        cada vez que empape el pincel,

        y no dejaré marchar mi ensoñación, que es como una red de humo;
        ya que el tiempo vuela más rápido que la golondrina".


               "EL CORAZÓN TRISTE AL SOL
        El viento de otoño arranca las hojas de los árboles
        y las dispersa sobre la tierra.

        Sin pena las miro echar a volar,
        ya que solamente yo las he visto venir
        y sólo yo las veo marcharse.

        La tristeza arroja su sombra sobre mi corazón,
        como las altas montañas proyectan la noche sobre el valle.

        Las ráfagas de invierno tornan el agua en brillante piedra;
        pero con la primera mirada del estío volverá a ser alegre cascada.

        Cuando el verano regrese, iré a sentarme sobre la más alta roca,
        para ver si el sol hace fundir mi corazón."


        "Y las ligeras mariposas se entremezclan con su alegría".

                     "EN TIEMPO TEMPLADO
        Las que un día fueron jóvenes están sentadas en el florido
        bosquecillo y hablan bajo entre ellas.

        <Dicen que somos viejas y que son blancos nuestros cabellos,
        al parecer tampoco nuestro rostro es ya tan resplandeciente como la luna.

        <¿Qué sabemos nosotras? Quizá sea una maledicencia,
        una no puede verse a sí misma.

        <¿Quién nos dice que el invierno no está del otro lado del espejo,
        oscureciendo nuestros rasgos y cubriendo
        de blanca escarcha nuestras cabelleras?>".

       
        "Pero aquel que viaja lejos de su país,
        aunque aún sea joven, va siempre vestido de negro".
        "Después he bajado la vista hacia el entarimado, y he pensado en mi país
        y en los amigos que ya no veré más".
        "Pero por fin me marcharé, huiré de ti,
        e iré a construir una casa en un país lejano.
        En un país distante y feliz, donde no sean eternos los mordisqueos".
        "Sin embargo, el verano es tan brillante y la naturaleza despliega
        tanta riqueza que no eres pobre".
        "Yo tengo aún un largo camino por recorrer".

                "EN MITAD DEL RÍO
        En mi barco, que el río balancea sin brusquedad,
        me paseo mientras dura el día,
        y miro sobre la sombra de las montañas sobre el agua.

        No tengo más amor que el amor del vino,
        y tengo mi taza llena frente a mí.
        También mi corazón está rebosante de alegría.

        En otro tiempo hubo en mi corazón más de mil penas;

        pero hoy miro la sombra de las montañas sobre el agua".


               "PARA OLVIDAR SUS PENSAMIENTOS
        Alegrémonos juntos y llenemos de vino tibio
        nuestras tazas de porcelana.

        La fresca primavera se aleja, pero volverá;
        bebamos mientras nuestros labios tengan sed.

        Quizá así olvidaremos que estamos
        en el invierno de nuestra edad,

        y que las flores se marchitan".


        "La mujer, en el esplendor de su belleza,
        se asemeja al viento tibio de agosto:
        refresca y perfuma nuestra vida;

        pero, cuando la blanca seda de la edad cubre su cabeza,
        la evitamos como al viento invernal".

        "Al principio estaba feliz de recuperar mi libertad de niña".
   
        Ahora, miro desde mi ventana las hojas amarillentas del sauce;
        cuando partió, eran de un verde tierno.

        ¿Estará feliz, él también, de hallarse tan lejos de mí?".


        "Serás como la montaña del Sur, que no vacila jamás,
        que nunca se tambalea,

        y que permanece eternamente verde,
        como los gloriosos pinos y los cedros".

        "¡Oh, cuándo vendrá la noche a hacerme olvidar mi tristeza con el sueño!".
        "Con la cabeza entre las manos, miro la hoja de papel
        que sigue en blanco desde que estoy aquí.

        Miro también la tinta que se seca en la punta de mi pincel.

        Mi espíritu parece dormir".

    
        
        
        

        

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