domingo, 29 de mayo de 2016

R. G. P

       


        Ya no me da miedo
        pensar en ti
        a las ocho de la mañana
        de cualquier lunes.

        Todas aquellas
        arenas movedizas
        las estoy dejando atrás.

        A pesar de las manos entumecidas,
        infecciones que acorralan,
        y estas pastillas
        que desfiguran (también por dentro),
        ahora sólo bajo la cabeza
        para no aplastar flores.
       

miércoles, 25 de mayo de 2016

WISLAWA SZYMBORSKA




                                               



        Nació el 2 de julio de 1923 en la actual Kórnik (en las proximidades de la ciudad polaca de Pozman) y murió el 1 de febrero de 2012 en Cracovia (ciudad a la que se fue a vivir a los ocho años y en la que residió hasta su muerte).
        Fue traductora (de obras literarias del francés), ensayista y poetisa.
        Cuando era estudiante en la Universidad ya publicaba poesía (su primer poema publicado fue "Busco la palabra" en 1945).
        Trabajó como ilustradora y secretaria en revistas e incluso en una de ellas (Vida Literaria) tuvo una columna (1968-1981).
        Su primer poemario apareció en 1952, pero aún así manifestó que "cuando escribo siempre tengo la sensación de que alguien está detrás de mí haciendo muecas. Por eso huyo, todo lo que puedo, de las grandes palabras".
        Fue una mujer muy reservada y tímida.
        Le interesaban temas como el tiempo, la niñez, la memoria, la época en la que vivió, las emociones, los detalles cotidianos del día al día...
        Además del Nobel (que le entregaron en 1996) obtuvo muchos otros reconocimientos, como por ejemplo, Premio Ciudad de Cracovia de Literatura, Premio del Ministerio de Cultura de Polonia, Premio Goethe, Premio Herder, Premio del PEN Club de Polonia, Doctor Honorífico de la Universidad Adam Mickiewicz en Pozmán...
        En la prensa polaca publicó durante treinta años notas de lecturas (piezas breves irónicas y divertidas) donde tanto podía comentar a Jung, Montaigne, Verne...como libros de jardinería o de pájaros (aquí en España se publicó bajo el nombre de "Lecturas no obligatorias", "Más lecturas no obligatorias" y "Siempre lecturas no obligatorias"). Nunca las consideró "prosa seria" y autorizó su traducción muchos años más tarde.
        Pasó sus últimos años (murió a los 88) viviendo en un piso sin ningún lujo pero en el que nunca faltaban ni los bombones ni el brandy. Allí recibía a todos sus amigos, y a los pocos traductores y periodistas que tenían la suerte de ser atendidos por ella ( aunque según dicen, era Wislawa la que les preguntaba a ellos).
        Autora de una decena de libros de poemas (siempre repudió los dos primeros que publicó).
        Los que tradujeron sus obras reconocen que "traducirla no es difícil, es dificilísimo (...) la gran dificultad radica en esa aparente sencillez y claridad".
        Algunas de sus obras: Por eso vivimos, Preguntas a mí misma, Llamando al Yeti, Sal, Mis alegrías, un canto, Si acaso, Gente en el puente, Fin y principio, De la muerte sin exagerar, Instante, Dos puntos, Hasta aquí, Paisaje con grano de arena, El gran número. Fin y principio y otros poemas, Lecturas no obligatorias, Instante, Poesía no completa, Poemas escogidos, Amor feliz y otros problemas...

        Una mujer recelosa, emprendedora, infatigable, insegura, retraída, singular.
        Creo que la mejor manera de "conocerla" es disfrutando del discurso que dio cuando le concedieron el Nobel. En pocas palabras se "define" muy bien a ella misma y no necesita más explicaciones.
        Lo que yo destaco de este discurso son los siguientes pensamientos:
        "El poeta contemporáneo es escéptico y desconfía incluso- o más bien principalmente- de sí mismo. Con desgano confiesa públicamente que es poeta- como si se tratara de algo vergonzoso(...) Se detenía en el silencio, en espera de sí mismo frente a una hoja de papel en blanco, que en el fondo es lo único que importa (...) El peor de los casos es el de los poetas. Su trabajo resulta irremediablemente poco fotogénico. Uno permanece sentado a la mesa o acostado en un sofá, con la vista inmóvil, fija en un punto de la pared o en el techo, de vez en cuando escribe siete versos, de los cuales, después que transcurre un cuarto de hora, va a quitar uno y de nuevo pasa, una hora en la que no ocurrirá nada (...) No es fácil explicar a los demás algo que ni siquiera se comprende bien (...) La inspiración no es un privilegio exclusivo de los poetas ni de los artistas en general (...) La inspiración, cualquier cosa que sea, nace de un perpetuo "no lo sé". La gente así es bastante escasa. La mayoría de los habitantes de esta tierra trabaja porque necesita conseguir los medios de subsistencia, trabaja porque no le queda otra. No fueron ellos quienes por pasión escogieron su trabajo, son las circunstancias de la vida las que escogen por ellos. El trabajo mal querido, el trabajo que aburre, es respetado únicamente porque no resulta accesible para todos, y esta situación constituye una de las más penosas desgracias humanas (...) Estimo altamente estas dos pequeñas palabras: "no sé". Pequeñas, pero dotadas de alas para el vuelo. Nos agrandan la vida hasta una dimensión que no cabe en nosotros mismos (...) También el poeta, si es un verdadero poeta, tiene que repetirse perpetuamente no sé. Con cada verso intenta responder, pero en el momento en que pone el punto final, le asaltan las dudas y empieza a advertir que su respuesta es temporal y en ningún caso satisfactoria (...) Pues no dirás "ya he escrito todo, no tengo nada que añadir". Esto no lo puede decir ningún poeta (...) Pues bien, un mundo así, obvio, no existe (...) De acuerdo, en el habla cotidiana, la cual no recapacita sobre cada palabra, usamos expresiones como "la vida común", "los acontecimientos comunes"... Sin embargo, en la lengua de la poesía, donde se pesa cada palabra, ya nada es común. Ninguna piedra y ninguna nube sobre esa piedra. Ningún día y ninguna noche que le suceda. Y sobre todo, ninguna existencia particular en este mundo. Todo indica que los poetas tendrán siempre mucho trabajo".

        Una mujer inimitable.


                                    
       


        De la poesía mejor no decir nada, simplemente disfrutarla. 
       
        Los versos y los poemas que más me gustaron de AQUÍ:

        "Aquí se fabrican sillas y tristezas".

        "Un poema concentrado y breve
        es más difícil de escribir que uno largo".

        "Tienes razón-le digo-,finalmente hay más poetas.
        Otros lo harán mejor que yo".

        "Hay tantas diferencias entre nosotras
        que probablemente sólo los huesos son los mismos".

        "En su pobre reloj
        el tiempo es barato e impreciso".

        "En sus historias siempre soy más joven.
        Es agradable, sólo que para qué
        seguir insistiendo en eso...
        Los espejos me dicen otra cosa".

        "Y en mis planes hay siempre un sol presente,
        nubes actuales, caminos en curso".

        "Vivimos más,
        pero menos precisos
        y con frases cortas.
        Viajamos más rápido, más a menudo, más lejos,
        aunque en lugar de recuerdos volvemos con fotos".

        "Tendría que estar solo,
        como les corresponde a algunos".

                                 " VERMEER

        Mientras esa mujer del Rijksmuseum
        con esa calma y concentración pintadas
        siga vertiendo día tras día
        leche de la jarra al cuenco
        no merecerá el Mundo
        el fin del mundo".






                                     
     

        Los versos y poemas que más me han gustado de SALTARÉ SOBRE EL FUEGO:

        "Nada sucede dos veces
        ni va a suceder".

       "Callamos sin terminar la frase,
        sonriendo sin remedio.
        Nuestras personas
        no saben cómo hablarse".

        "Entre la muchedumbre se dirigió a la salida
        la ausencia de mi persona".

        "Entendí
        que él ya había recorrido la mitad del camino".

        "Miré hacia atrás por soledad.
        Por la vergüenza de huir a escondidas.
        Por las ganas de gritar, de regresar".

        "Es triste por naturaleza el ser humano.
        A uno así espero y me alegro de antemano".

        "Éramos tantos amigos y todos cupimos
        en un sobre vacío apoyado en un vaso".

        "El tiempo pasó corriendo como un
        mensajero con una noticia urgente".

        "Tristezas y temores de corto alcance,
        ganas de ver las cosas desde seis lados".

        "El instante más fugaz también tiene su pasado".

        "El viento, para disipar las nubes,
        antes tuvo que traerlas".

        "¿Alguna vez la compasión
        llegó primera a la meta?".

        "Comprendo que mi tristeza
        no frenará la hierba".

        "Te he sobrevivido suficiente
        y sólo lo suficiente
        como para recordar desde lejos".

        "Mayo está delicado pero categóricamente detenido".

        "No uso la desesperación, porque  no es cosa mía,
        y sólo me fue entregada en depósito".

                          "EN LA TORRES DE BABEL

        -¿Qué hora es?- Sí, soy feliz,
        y sólo me falta una campanilla al cuello
        que suene encima de ti cuando estés dormido.
        -¿Entonces, no has oído la tormenta?
        El viento ha sacudido el
        muro; la torre ha bostezado, como un león, con su gran puerta
        de goznes chirriantes .-¿Cómo? ¿Lo has olvidado?
        Yo llevaba un sencillo vestido gris
        abrochado en el hombro.- E inmediatamente después
        el cielo se rompió en mil destellos.- Cómo iba a entrar,
        si no estabas solo.- Vi de repente los colores anteriores
        a la existencia de la vista.- Lástima que no me lo
        puedas jurar.- Tienes razón, probablemente fue
        un sueño.- ¿Por qué mientes,
        por qué me llamas con su nombre,
        la amas todavía?- Oh sí, me gustaría
        que te quedaras conmigo.- No siento rencor,
        tendría que haberlo imaginado.
        ¿Sigues pensando en él?- No, no estoy llorando.
        ¿Y eso es todo?- A nadie como a ti.
        Por lo menos eres sincera.- Puedes estar tranquilo,
        me iré de esta ciudad.- Puedes estar tranquila,
        me iré de aquí.- Tienes unas manos tan hermosas...
        Es una vieja historia , el filo pasó
        sin lesionar al hueso.- No hay de qué,
        querido, no hay de qué.- No sé,
        ni quiero saber, qué hora es".



                            "PROSPECTO

        Soy un tranquilizante.
        Funciono en casa,
        soy eficaz en la oficina,
        me siento en los exámenes,
        comparezco ante los tribunales,
        pego cuidadosamente las tazas rotas:
        sólo tienes que tomarme,
        disolverme bajo la lengua,
        tragarme,
        sólo tienes que beber un poco de agua.

        Sé qué hacer con la desgracia,
        cómo sobrellevar una mala noticia,
        disminuir la injusticia,
        iluminar la ausencia de Dios,
        escoger un sombrero de luto que quede bien con una cara.
        A qué esperas,
        confía en la piedad química.

        Eres todavía un hombre (una mujer) joven,
        deberías sentar la cabeza de algún modo.
        ¿Quién ha dicho
        que la vida hay que vivirla arriesgadamente?

        Entrégame tu abismo,
        lo cubriré de sueño,
        me estarás agradecido (agradecida)
        por haber caído de pie.

        Véndeme tu alma.
        No habrá más comprador.

        Ya no hay otro demonio".


                        "AMOR FELIZ

        Un amor feliz. ¿Es normal,
        serio, útil?
        ¿Qué saca el mundo de dos personas
        que no ven el mundo?

        Encumbrados hacia sí mismos sin mérito alguno,
        dos al azar entre un millón, pero seguros
        de que así tenía que ocurrir-¿como
        premio de qué?, de nada;
        la luz llega desde ninguna parte,
        ¿por qué cae precisamente sobre ellos y no cae sobre otros?
        ¿Ofende eso a la justicia? Así es.
        ¿Viola principios cuidadosamente almacenados, derriba
        de su cima a la moral? Viola y derriba.

        Mirad qué felices:
        ¡si disimularan aunque fuera un poco,
        si fingieran aflicción para animar a los amigos!
        Escuchad cómo ríen. Es insultante.
        Qué lenguaje utilizan, aparentemente comprensible.
        Y esas ceremonias suyas, esas celebraciones,
        sus ingeniosas obligaciones de uno para con otro,
        ¡parece una conspiración a espaldas de la humanidad!.

        Resulta incluso difícil prever qué sucedería
        si pudiera cundir su ejemplo.
        Qué podrían hacer religiones, poesías;
        qué se recordaría, qué se abandonaría,
        quién querría permanecer en el círculo.

        Un amor feliz. ¿Es necesario?
        El tacto y el sentido común nos obligan a callar al respecto
        como si de un escándalo en las altas esferas de la Vida se tratara.
        Espléndidos bebés nacen sin su ayuda.
        Nunca jamás podría poblar la tierra,
        no es, que digamos, muy frecuente.
        Que la gente que no conoce un amor feliz
        afirme que no existe un amor feliz en ningún sitio.

        Con esa creencia les será más llevadero vivir, y también morir".


                           "EL GRAN NÚMERO

        Cuatro mil millones de seres en esta tierra
        y mi imaginación sigue siendo la misma.
        No se le dan bien los grandes números.
        Le sigue conmoviendo lo individual.
        Revolotea en la oscuridad como la luz de una linterna,
        descubre sólo los rostros más cercanos;
        mientras, el resto se pierde en un ciego descuido,
        en el no-pensamiento, en el no-arrepentimiento.
        Por eso, ni el mismo Dante lo habría impedido.
        Y qué se va a hacer si uno no lo es.
        Y ni siquiera con todas las musas a mi lado.

        Non omnis moriar, preocupación prematura.
        Pero ¿vivo del todo?,¿bastará con eso?
        Nunca ha bastado, y ahora tanto menos.
        Escojo rechazando, porque no hay otra forma,
        pero lo que rechazo es más numeroso,
        más denso, más insistente que nunca.
        A costa de indescriptibles pérdidas, un pequeño poema, un suspiro.
        A una llamada atronadora, respondo con un susurro.
        Cuanto callo, no lo diré nunca.
        Ratón a los pies de la montaña madre.
        La vida dura unos cuantos rasguños en la arena.

        Mis sueños...,ni siquiera ellos están, como deberían, poblados.
        Hay más soledad en ellos que muchedumbres y tumultos.
        A veces pasa un momento alguien que murió hace tiempo.
        Una mano sola mueve el picaporte.
        Alrededor de la casa vacía crecen las dependencias del eco.
        Desde el umbral voy bajando al valle
        silencioso, aparentemente de nadie, anacrónico ya.

        De dónde sale aún ese espacio en mí;
        no lo sé".


                               "EL OCASO DEL SIGLO

        Nuestro siglo XX iba a ser mejor que los anteriores.
        Ya no podrá demostrarlo,
        tiene los años contados,
        titubeante el paso,
        fatigada la respiración.

        Ya han sucedido demasiadas cosas
        que no debían haber pasado
        y lo que tenía que pasar
        no ha pasado.

        Teníamos que avanzar, por ejemplo,
        hacia la primavera y la felicidad.

        El miedo tenía que dejar las montañas y los valles.
        La verdad tenía que llegar a la meta antes que la mentira.

        Ciertas desgracias no iban
        a suceder más:
        por ejemplo, la guerra
        y el hambre, y tantas otras.

        Se iba a valorar
        la indefensión de los indefensos,
        la confianza y ese tipo de cuestiones.

        Quien quisiera alegrarse del mundo
        se encuentra ahora
        ante una misión imposible.

        La estupidez no es graciosa.
        La sabiduría no es alegre.

        La esperanza
        ya no es, por desgracia, esa muchacha joven,
        etcétera.

        Dios iba al fin a creer en un hombre
        bueno y fuerte,
        pero el bueno y el fuerte
        siguen siendo dos hombres diferentes.

        Cómo vivir, me preguntó en una carta alguien
        a quien yo tenía la intención de preguntarle
        lo mismo.

        Una vez más y como siempre,
        como se ve más arriba,
        no hay preguntas más urgentes
        que las preguntas ingenuas".



                              "PARA ESCRIBIR UN CURRÍCULUM

        ¿Qué hay que hacer?
        Hay que escribir una solicitud
        y a la solicitud adjuntar un currículum.

        Independientemente de la longitud de vida,
        el currículum debe ser corto.

        Son obligatorias la concisión y la selección de los hechos.
        Hay que cambiar paisajes por direcciones,
        y vacilantes recuerdos por fechas inmóviles.

        De todos los amores, basta el nupcial;
        y de los niños, sólo los nacidos.

        Es más importante quién te conoce que a quién conoces tú.
        Los viajes sólo si fueron al extranjero.
        Pertenencia a qué, pero sin el porqué.
        Y condecoraciones, pero sin la causa.

        Escribe como si nunca hubieras hablado contigo mismo
        y te evitaras de lejos.

        Pasa por alto perros, gatos y pájaros,
        trastos y recuerdos, amigos y sueños.

        Más bien el precio que el valor
        y el título más que el contenido.
        Más bien el número de los zapatos que hacia dónde va
        ese por el que te haces pasar.
        Y además, una fotografía con la oreja descubierta.
        Cuenta la forma, no lo que oye.
        ¿Qué se oye por ahí?
        El estruendo de las máquinas que trituran papel".


                        "FIN Y PRINCIPIO

        Después de cada guerra
        alguien tiene que limpiar.
        No se van a ordenar solas las cosas,
        digo yo.

        Alguien debe echar los escombros
        a la cuneta
        para que puedan pasar
        los carros llenos de cadáveres.

        Alguien debe meterse
        entre el barro, las cenizas,
        los muelles de los sofás,
        las astillas de cristal
        y los trapos sangrientos.

        Alguien tiene que arrastrar una viga
        para apuntalar un muro,
        alguien poner un vidrio en la ventana
        y la puerta en sus goznes.
     
        Eso de fotogénico tiene poco
        y requiere años.
        Todas las cámaras se han ido ya
        a otra guerra.

        A reconstruir puentes
        y estaciones de nuevo.
        Las mangas quedarán hechas jirones
        de tanto arremangarse.

        Alguien con la escoba en las manos
        recordará todavía cómo fue.
        Alguien escuchará
        asintiendo con la cabeza en su sitio.
        Pero a su alrededor
        empezará a haber algunos
        a quienes les aburra.

        Todavía habrá quien a veces
        encuentre entre hierbajos
        argumentos mordidos por la herrumbre;
        y los lleve al montón de la basura".


                         "DÍA 16 DE MAYO DE 1973

        Una de esas muchas fechas
        que ya no me dicen nada.

        Adónde fui ese día,
        qué hice, no lo sé.

        Si en los alrededores se hubiera cometido
        un crimen,
        no tendría coartada.

        El sol brilló y se apagó
        sin que yo me diera cuenta.
        La tierra giró
        y no lo mencioné en mi diario.

        Preferiría pensar
        que morí brevemente,
        y no que nada recuerdo,
        aunque viví sin pausa.

        Pero no fui ningún fantasma:
        respiré y comí,
        di pasos
        que se oían
        y las huellas de mis dedos
        tuvieron que haber quedado en las puertas.

        Me reflejé en el espejo.
        Llevaba puesto algo de algún color.
        Y seguro que algunas personas me vieron.

        Quizá ese día
        encontré algo que había perdido antes.
        Quizá perdí algo que encontré después.

        Me embargaron sensaciones, sentimientos.
        Ahora todo eso es
        como puntos entre paréntesis.

        Dónde me metí,
        dónde me enterré,
        en verdad no es un mal truco
        perderse a una misma de vista.

        Agito mi memoria,
        tal vez algo en sus ramas,
        adormecido por años,
        salga de pronto volando.

        No.
        Evidentemente exijo demasiado:
        tanto como un segundo".

     


     
     

lunes, 23 de mayo de 2016

R. G. P





        Querido papá:
        He decidido
        que quiero escribir.
        Escribir todos
        los días
        como cuando
        me quedaba en casa
        en vez de jugar
        (ese era mi juego).
        Disfrutar
        de las horas
        no perdidas.
        Después de comprobar
        para qué no valgo
        (no estés triste,
        es muy reconfortante
        aprender que hay cosas
        a las que no importa
        no dedicarse),
        siento que puedo contarte
        unos cuantos trastornos
        (después los asumiré yo
        y ya juntos
        en algún momento
        no los discutiremos).

        Recuerdo que no leías
        apenas los libros de casa
        pero siempre nos la llenabas
        de ejemplares
        y te encargabas de que
        cada una de nosotras
        tuviese su biblioteca.
        No sé si leías o no
        algo de lo que escribía
        pero me veías hacerlo
        sin decir nada
        (tu manera de no decir,
        a veces,
        era una caricia en la mejilla
        o una palmada en la espalda
        que hacía llorar
        al centro del disgusto).

        Un día de tantos
        se me dió por escribir
        unas "poesías"
        (que encontré el otro día
        y fueron a parar a la basura.
        Aquel día también pensé
        que esa era otra cosa
        a la que no dedicarme).
        No me emocioné
        por nada de lo que
        estaba escrito,
        pero sí lloré por
        dónde estaba guardado.

        Es curioso sentir
        cómo se olvidan
        las cosas importantes.

        Después de casi acabar
        de ordenar cajas viejas
        encontré el cuaderno
        entre otros papeles insignificantes
        y de pronto vi
        "mis poesías"
        en unas pastas verde botella
        perfecta y preciosamente
        encuadernadas,
        con el título y
        mi nombre y apellidos abajo...
        y entonces
        un torbellino de lágrimas
        empezaron a mojar todo,
        todas las páginas arrancadas,
        toda mi cara y mis dedos
        y me volví a acordar de ti,
        (otra vez)
        pero de manera diferente.
        Tal vez olvidé
        por unos instantes
        ese pañuelito de tu garganta
        que tapaba el agujero
        y pensé en lo triste
        y bonito
        que era sentir
        que aunque no supiera
        si me leías o no
        (siempre el silencio)
        estabas ahí
        para recoger esos pedacitos
        (que aún tengo sueltos)
        y recordarme que
        saliera o no saliera bien
        merecía la pena probarlo
        y hacerlo en serio.
        Porque necesitaba auxilio
        y conocías mi debilidad.

        Ahora han quedado
        solamente las páginas en blanco
        y cuando lo he cogido
        para guardarlo
        al lado de los libros
        que me dedicaste
        he pensado que quizá
        ya es hora de llenarlas
        y empezar a contarte
        cómo duele la vida
        y cómo voy a recuperarme (contigo)
        de la vida (sin ti).

sábado, 21 de mayo de 2016

R.G.P



        No da tiempo
        a que pare este cansancio.
        No me da la vida
        que se complica
        cada tarde.

        Ya viví
        la primera muerte
        que me avisó
        de lo poco que queda.
        Ocupo las horas
        sin saber vivirlas.
        Camino a tientas
        siempre con miedo
        despertando en hoyos
        que me llevan al pasado.

        Escapo de las respuestas
        que no quiero darme
        porque quiero tranquilidad.
       
        He descubierto
        qué me hace feliz.
        Tal vez,
        después de los quehaceres,
        el trabajo y las obligaciones
        cuando llegue (cansada)
        decida empezar...

        Tal vez


                      mañana.

viernes, 20 de mayo de 2016

EDITH WHARTON



                                                




        De soltera Edith Newbold Jones. Nació el veinticuatro de enero de 1862 en Nueva York en una familia de la alta burguesía y le dieron una notable educación.
        Desde pequeña se nota su inteligencia y su imaginación. Ella misma al recordar esos años explicaba: "Siempre que evoco mi infancia es en la biblioteca de mi padre donde revive (...) El niño sabe instintivamente cuándo será comprendido y yo, desde el principio, guardé mis aventuras con los libros para mí (...) Tras haber consultado mi madre, con desesperación, a su habitual asesor literario "qué podía regalarle a la niña por su cumpleaños", desperté para encontrar junto a mi cama ¡las grandes ediciones de Keats y Shelley a cargo de Buxton Forman! Entonces se abrieron de par en par las puertas de los reinos de oro, y desde aquel día hasta hoy  no creo haber estado nunca más, en mi yo más íntimo, completamente sola, ni haberme sentido totalmente desdichada".
        Pasó parte de su infancia en Europa (primero en París y después en Alemania y Florencia).
        Era una mujer refinada y con una gran cultura que decidió dedicarse a las letras a pesar de los consejos de su madre (que consideraba que la escritura hacía vulgares a las mujeres).
        Escribió novelas, libros de viajes, relatos y poemas y fue también una respetada paisajista y asesora de estilo (sus dos obras "La decoración de casa" y "Villas italianas" son un ejemplo claro de esta pasión que tenía; e incluso una de sus fincas "The Mount" fue diseñada por ella misma).
        Cuando tenía 23 años, en 1885, se casó con Edward Robbins Wharton (un banquero doce años mayor que ella), un amigo de su hermano con el que según ella compartía el amor por los animales, por la vida al aire libre y por los  viajes; pero desgraciadamente no compartían ningún interés intelectual ni artístico. Cuando llevaban 25 años casados (y después de descubrir que Edward se había apropiado de una cantidad enorme de su dinero para comprarse una casa para llevar a sus amantes y que había vendido su mansión "The Mount") se separaron en 1911 y se divorciaron en 1913. A Edith le afectó mucho, tanto mental como físicamente.
        Durante unos años mantuvo una relación con William Morton Fullerton, un periodista estadounidense que conoció cuando se encontraba en París trabajando para el Times de Londres.
        Wharton cruzó el Atlántico un sinfín de veces (heredó una enorme fortuna de joven y podía permitirse muchos lujos). Disfrutó de cruceros por el mar Mediterráneo y las islas griegas, de largos viajes por Europa, de comidas elegantes, visitas a salones parisinos, palacios italianos, mansiones inglesas...y mantuvo amistades en el mundo artístico, intelectual y aristocrático de Europa.
        En 1891 apareció su primer relato "Mrs. Manstey's View" en el Scribner's Magazine.
        En 1907 se establece definitivamente en Francia. En esta época también comienza su gran amistad con Henry James (al que siempre admiró y del que fue su discípula). Destaca por esas fechas su novela corta "Ethan Frome" (1911), una novela de amor ambientada en Nueva Inglaterra.
        Durante la guerra,Edith, trabajó para la Cruz Roja con los refugiados (el gobierno francés le otorgaría la cruz de la Legión de Honor), dirigió salas de trabajo para mujeres desempleadas, organizó conciertos para dar trabajo a músicos, ayudó en hospitales para tuberculosis...
        Fue miembro de la Academia Americana de las Artes y las Letras (1926) y del Instituto Nacional de las Artes y las Letras. El gobierno de Estados Unidos le concedió la medalla de oro de este último Instituto Nacional en 1924 (fue la primera mujer en lograrlo).
        En 1921 ganó el premio Pulitzer por "La edad de la inocencia" (su obra más conocida) y en 1923 fue la primera mujer nombrada Doctor honoris causa por la Universidad de Yale.
        En sus libros destaca sobre todo por su ironía y por su manera de explicar las costumbres y manera de ser de la gente de la alta sociedad (a la que ella misma pertenecía) y dejar  en evidencia su ignorancia y estrechez de miras.
        Continuó escribiendo hasta el día de su muerte (11 de agosto de 1937, cerca de París). Está enterrada en el cementerio de Gonards en Versalles.
        Creó increíbles personajes femeninos atrapados en sus deseos y las exigencias del mundo que los rodeaba.
        Algunas de sus obras: Cuentos inquietantes, El diagnóstico, La solterona, Escribir ficción, Encanto y compañía, Fiebre romana, Almas rezagadas, La casa de la alegría, Las hermanas Bunner, Madame de Treymes y otros relatos, Estío, Relatos de fantasmas, Los niños, Sueño crepuscular, La renuncia Vieja Nueva York, Un hijo en el frente, En Marruecos, La edad de la inocencia, Francia combatiente, Las costumbres nacionales, El arrecife, Ethan Frome, Santuario, La piedra de toque...




                          
   



        Siete relatos (que abarcan desde 1891 a 1935) que son una crítica elegante y sutil de las presiones sociales, matrimonios, frustraciones, anhelos...de la alta burguesía.
        Escritos desde la ironía y con un dominio asombroso de los personajes. Sorprende la perfecta caracterización de todos sus protagonistas.
        Relatos breves pero deslumbrantes. Historias imprevisibles y finales insospechados. He disfrutado mucho leyéndolos.


        Las frases que más me gustaron:

        "Durante muchos años había abrigado el deseo de vivir en el campo, de tener un gallinero y un jardín; pero este anhelo se había desvanecido con el tiempo, dejando únicamente en el corazón de esta mujer tan poco comunicativa una ternura imprecisa por las plantas y los animales. Quizá era esta ternura la que la hacía aferrarse con tanto fervor a las vistas de su ventana, unas vistas en las que la persona más optimista habría tenido en un principio dificultades para descubrir algo digno de admiración".
        "Tenía la afortunada facilidad de quedarse con el lado agradable de lo que había ante ella".
        "Quizá la señora Manstey en el fondo era una artista; en cualquier caso, era sensible a los muchos cambios de color que pasan desapercibidos al ojo común; y tan querido para ella era el verdor de la primavera temprana como la negra enramada contra el cielo frío y color azufre al término de un día nevado".
        "Todos somos demasiado viejos para mudarnos".
        "Pero tan sólo era la señora Manstey, y se estaba muriendo tal como había vivido, solitaria, si no sola".
        "De vez en cuando, a intervalos siempre cambiantes, una ráfaga de dolor la recorría, como un breve relámpago difuso a través de un cielo de verano; pero era demasiado transitorio para poder alterar su sopor, ese calmado, delicioso, infinito sopor en el que se sentía hundirse más y más profundamente, sin ningún impulso perturbador con el que poder ofrecer resistencia, sin ningún esfuerzo para mantenerse en el evanescente filo de la conciencia".
        "Y en esta oscuridad ella se sentía hundirse, cada vez más, con la agradable seguridad de aquel que se sabe sostenido desde abajo".
        "Así que, después de todo, la muerte no es el final".
        "Quizás ahora sepa de verdad lo que significa vivir".
        "¿De verdad nunca has sabido lo que significa vivir?- le preguntó el Espíritu de la Vida.
        - Nunca he conocido- contestó ella- esa plenitud de la vida que todos creemos que somos capaces de sentir; aunque mi vida no ha transcurrido sin algunos momentos esporádicos de plenitud, como el perfume de la tierra que le llega a uno cuando se encuentra muy lejos, adentrado en el mar.
        -¿Y a qué llamas tú la plenitud de la vida?- preguntó el Espíritu de nuevo.
        - Oh, no puedo decírtelo, si no lo sé...- dijo ella casi en un tono de reproche-. Se supone que muchas palabras la definen; el amor y la compasión son las más usadas, pero no estoy del todo segura de que sean las correctas, así que muy poca gente realmente sabe lo que significan".
        "Mi matrimonio fue un asunto muy incompleto.
        -¿Y aún así le tenías cariño a tu marido?
        -Has dado con la palabra correcta. Le tenía cariño, sí, tal y como también sentía cariño por mi abuela, y por la casa donde nací, y mi vieja niñera. Oh, sentía cariño por él, y se nos consideraba una pareja muy feliz. Pero algunas veces he pensado que la naturaleza femenina es como una gran casa llena de habitaciones: está el vestíbulo, por el que pasa todo el mundo cuando entra y sale; el salón, donde se reciben las visitas formales; la sala de estar, donde los miembros de la familia van y vienen a su antojo; pero más allá, mucho más allá, hay otras habitaciones, los pomos de cuyas puertas quizás nunca se giran; nadie sabe el camino para llegar hasta ellas, nadie sabe a dónde llevan; y en la habitación más recóndita, la más sagrada entre las sagradas, el alma está sentada y espera unos pasos que nunca llegan".
        "¿A qué influencia, pues, debías esas sensaciones exquisitas?
        -Apenas lo sé. A veces el perfume de una flor; a veces a un verso de Dante o de Shakespeare; a veces a un cuadro o a una puesta de sol; o a uno de esos días tranquilos en el mar, cuando parece que una esté tumbada en la cuenca de una perla azul; a veces, pero pocas, a una palabra dicha por alguien que se arriesgó a pronunciar, en el momento oportuno, lo que yo sentía pero no sabía expresar".
        "-¿Aquí aún mantenéis  esa ficción sobre la posibilidad de escoger?".
        "Cuando finalmente la muerte de su esposa lo liberó, el asunto fue saber cuánto de él se había llevado ella consigo".
        "La señora Grancy adquirió el encanto que hace que los rostros de algunas mujeres parezcan un libro del que nunca se llega a pasar la última página".
        "Algunas versiones de la felicidad humana son como un lago sin salida al mar".
        "La postura instintiva del dolor es un compromiso inestable entre la incredulidad y la postración".
        "Sólo hablamos de lo que no pensábamos, y nos separamos".
        "Por entonces estaba en plena lucha, pero si bien él y su dolor aún vivían juntos, ya no era en calidad de enemigos".
        "Nunca antes me hubiera imaginado cómo los muertos pueden sobrevivir tanto".
        "Aún así, siempre está bien vivir, y he gozado de mucha felicidad...del tipo más evolucionado. De lo que nunca gocé fue de la felicidad simple e inconsciente que uno respira como si fuera el aire...".
        "Hasta ahora, no había tenido en su vida muchas cosas por las que apresurarse".
        "Era una cara que se había marchitado esperando las alegrías de la juventud".
        "Era tan sosa como el dibujo del papel de la pared...y así era su vida. Y toda la gente a su alrededor tenía el mismo aspecto".
        "Éste había sido su mundo, un mundo desprovisto de vivencias personales".
        "Tengo para elegir todo esto...¡y en cambio te he escogido a ti!".
        "Margaret Ransom nunca consideró que estaba sentada en la sombra".
        "Pensaba que los muertos debían sentirse así, repitiendo los gestos inútiles de los vivos junto a alguna orilla de la laguna Estigia. ¿Habría vivido alguna otra mujer a la que nunca hubiera sucedido nada?, se preguntaba".
        "Su locura había sido no haber aprovechado bien la vida; que siempre hubiera estado ordenando, discriminando, probando una perspectiva, escogiendo, sopesando..."
        "Todo el mundo tiene su oportunidad, tarde o temprano".
        "Se había demostrado a sí misma que la vida no era tan mala si sabías cómo administrarla".
        "Parece que la amo por todas las cosas que no es".
        "De acuerdo, ¿pero no decían acaso los psicólogos que había un momento en la vida de toda mujer - de toda mujer abnegada- en que la personalidad reprimida de su ser se reafirma de repente, en cuerpo y alma, y entonces se olvidaban de todo, de sus deberes, de sus ataduras y de sus responsabilidades?".
        "Nunca pareció prestar atención a su personalidad, que es lo peor que le puede ocurrir a una mujer".
        "Siempre es peligroso darle la vuelta por todos lados a un sentimiento; sobre todo, cuando se trata de la felicidad".

        

lunes, 9 de mayo de 2016

JUDITH GAUTIER



                                         Louise Charlotte Ernestine Gautier

       
                       

                       
                                              


        Louise Charlotte Ernestine Gautier (París, 25 de agosto de 1845- Dinard-Bretaña, 17 de diciembre de 1917).
        Hermana de la cantante y bailarina de ballet Carlotta Grisi e hija de Ernesta Grisi y Teófilo Gautier (maestro de la novela romántica francesa). Fue una poetisa, novelista, compositora y musicóloga francesa importantísima.
        Una mujer pionera en casi todo. Recibió una cuidadosa educación y sobre todo siempre tuvo libertad de elección. Se propuso escribir, pintar, esculpir, aprender chino, música...
        Cuando era joven su padre "rescata" a un indigente chino llamado Ding Dungling (poeta y estudioso, exiliado en Francia por su implicación en la Rebelión Taiping) y enseñará a Judith los misterios de la cultura y la lengua china. Ahí comenzará su encuentro con Asia y su pasión por China (también aprendería japonés con un experto lingüista).
        Fue una de las grandes figuras de su tiempo y también admirada por Baudelaire, Mallarmé, Sargent, Flaubert... y otras muchas personas de la vida artística de la época (Baudelaire le dedicaría "Las flores del mal" y John Singer Sargent la retrataría).
        En 1866 se casa con Catulle Mendés (su padre se opuso y no acudió a la boda) pero se separó pronto de él.
        En 1867 inicia su producción literaria traduciendo al francés obras chinas, como El libro de Jade (con el seudónimo de Judith Walter) una selección y traducción de poemas de los principales poetas clásicos de la dinastía Tang (S.VII-VIII), edad dorada de la poesía china, y Song (S.X-XIII). Tenía 22 años.
        La amarían Richard Wagner y Victor Hugo entre otros.
        Fue la primera traductora moderna del chino al francés y su influencia rebasó fronteras.
        Escribió numerosos poemas, cuentos, novelas y obras de teatro. Le encantaba Alemania, Turquía, Persia, Japón y, ante todo, por supuesto, China.
        En octubre de 1910 se convirtió en la primera mujer miembro de la Academia Goncourt.
        Algunas de sus obras: El libro de Jade, El dragón imperial, El usurpador, China, Lucienne, La conquista del paraíso, Pareja de un elefante blanco, Poemas de la libélula, El collar de los días, Grito de la seda y oro, Pareja de un gran cantante...





                                



        Judith tradujo y reunió una colección de piezas de los poetas clásicos chinos más célebres. Decir que tradujo solamente sería equivocado, puesto que esos poemas fueron reinterpretados por ella misma.
        La aparición de esta obra marcó un inicio en los intercambios literarios entre Asia y Europa.
        Fue una escritora perseverante, muy liberal (lo cual se nota en su trabajo).
        En este libro (uno de los más famosos de su obra) mezcla su propia visión y fue una auténtica novedad en la literatura europea.
        Gautier organiza los poemas temáticamente: los enamorados, la luna, el otoño, los viajeros, el vino, la guerra y los poetas.
        Poemas bellísimos, melancólicos, delicados...
        Más de setenta poesías clásicas de más de una veintena de autores.
        Un libro que aunque parezca ligero es todo lo contrario y que hace que parezca actual a pesar de estar escrito hace tantísimos años. Evocador y tierno. Fue una suerte toparme con él y disfrutarlo. Interesante y emotivo.
        


        Algunos de los versos o poemas que más me han gustado:

        "Los pájaros saben encontrarse entre el follaje;pero
        las lágrimas que caen de los ojos de los jóvenes como
        lluvia de tormenta no devuelven a los ausentes".

        "Voy a bordar unos versos entre las flores del abanico
        que le estoy preparando; y así quizá los caracteres le
        dirán que vuelva".

                      "LA HOJA SOBRE EL AGUA
        El viento ha descolgado una hoja de sauce; ha caído
        ligera sobre el lago y se ha alejado,
        mecida por las olas.

        El tiempo ha borrado de mi corazón un recuerdo, uno
        que se ha disipado lentamente.

        Tendido al borde del agua, miro con
        tristeza la hoja
        que viaja lejos del árbol inclinado.

        Ya que desde que he olvidado a aquella a la que amaba,
        sueño todo el día, tristemente tendido en la orilla.

        Y mis ojos siguen siempre a la hoja, que ahora ha vuelto 
        bajo el árbol, y pienso que en mi corazón el recuerdo
        no se ha borrado nunca."



        "Pero las cosas que están hechas
        para unirse rara vez lo hacen".
        "Me parecía que todas las alegrías
        de mi infancia habían ardido junto con la casa.
        Sentí ganas de morir y me incliné sobre el agua".
        "Mi corazón se retuerce de dolor al verlo tan alejado de mí,
        amarrado a la orilla por una cuerda de seda".
        "La pequeña flor, aunque muerta, baila levemente
        sobre el agua; igual que yo canto con el alma desolada".
        "Jamás se la ve pararse ni retroceder.
        Pero el hombre tiene pensamientos breves y a menudo vagabundos".
        "La nube es menos sombría, y yo
        estoy menos triste en mi barca solitaria".
        "Una cigüeña viuda retorna a su nido solitario,
        triste y lentamente, como si aún esperara ver regresar
        a aquel que no volverá más".
        "La noche y la soledad me llenan el corazón de tristeza".
        "Los nenúfares quieren consolarme;
        pero ya, al verlos, he olvidado mi pena".

                 " LOS CABELLOS BLANCOS
        Los saltamontes verdes crecen a la par que el trigo;
        del mismo modo, en la bella estación,
        los jóvenes beben y juguetean.

        Pero aquellos cuyo espíritu se eleva,
        pronto se vuelven tristes, ya que los nubarrones
        oscilan a mitad de camino hacia el cielo.

        Las oscuras golondrinas se marchan; las níveas cigüeñas llegan;
        lo mismo que los cabellos blancos suceden a los negros;

        Y es esta una regla única sobre la tierra;
        igual que no hay más que una luna en el cielo."


              " EL ANOCHECER DE OTOÑO

        El vapor azul del otoño se extiende sobre el río;
        las pequeñas hierbas están cubiertas de blanca escarcha,

        Como si un escultor hubiese dejado caer sobre ellas polvo de jade.

        Las flores no tienen ya perfume alguno;
        el viento del norte las hará caer, 
        y pronto los nenúfares navegarán sobre el río.

        Mi lámpara se apaga por sí sola, la velada ha terminado, voy a acostarme.

        El otoño es muy largo en mi corazón, 
        y las lágrimas que enjugo en mi rostro siempre se renuevan.

        ¿Cuándo vendrá a secármelas el sol del matrimonio?".



                    
                     "PENSAMIENTOS DE OTOÑO
        Aquí están las tristes lluvias;
        parece que el cielo llorara la partida del buen tiempo.

        El tedio cubre el espíritu como un velo de nubes,
        y nos quedamos tristemente sentados en el interior.

        Es el momento de dejar caer sobre el papel 
        la poesía atesorada durante el verano;
        así como caen de los árboles las flores maduras.

        Adelante; mojaré los labios en mi taza
        cada vez que empape el pincel,

        y no dejaré marchar mi ensoñación, que es como una red de humo;
        ya que el tiempo vuela más rápido que la golondrina".


               "EL CORAZÓN TRISTE AL SOL
        El viento de otoño arranca las hojas de los árboles
        y las dispersa sobre la tierra.

        Sin pena las miro echar a volar,
        ya que solamente yo las he visto venir
        y sólo yo las veo marcharse.

        La tristeza arroja su sombra sobre mi corazón,
        como las altas montañas proyectan la noche sobre el valle.

        Las ráfagas de invierno tornan el agua en brillante piedra;
        pero con la primera mirada del estío volverá a ser alegre cascada.

        Cuando el verano regrese, iré a sentarme sobre la más alta roca,
        para ver si el sol hace fundir mi corazón."


        "Y las ligeras mariposas se entremezclan con su alegría".

                     "EN TIEMPO TEMPLADO
        Las que un día fueron jóvenes están sentadas en el florido
        bosquecillo y hablan bajo entre ellas.

        <Dicen que somos viejas y que son blancos nuestros cabellos,
        al parecer tampoco nuestro rostro es ya tan resplandeciente como la luna.

        <¿Qué sabemos nosotras? Quizá sea una maledicencia,
        una no puede verse a sí misma.

        <¿Quién nos dice que el invierno no está del otro lado del espejo,
        oscureciendo nuestros rasgos y cubriendo
        de blanca escarcha nuestras cabelleras?>".

       
        "Pero aquel que viaja lejos de su país,
        aunque aún sea joven, va siempre vestido de negro".
        "Después he bajado la vista hacia el entarimado, y he pensado en mi país
        y en los amigos que ya no veré más".
        "Pero por fin me marcharé, huiré de ti,
        e iré a construir una casa en un país lejano.
        En un país distante y feliz, donde no sean eternos los mordisqueos".
        "Sin embargo, el verano es tan brillante y la naturaleza despliega
        tanta riqueza que no eres pobre".
        "Yo tengo aún un largo camino por recorrer".

                "EN MITAD DEL RÍO
        En mi barco, que el río balancea sin brusquedad,
        me paseo mientras dura el día,
        y miro sobre la sombra de las montañas sobre el agua.

        No tengo más amor que el amor del vino,
        y tengo mi taza llena frente a mí.
        También mi corazón está rebosante de alegría.

        En otro tiempo hubo en mi corazón más de mil penas;

        pero hoy miro la sombra de las montañas sobre el agua".


               "PARA OLVIDAR SUS PENSAMIENTOS
        Alegrémonos juntos y llenemos de vino tibio
        nuestras tazas de porcelana.

        La fresca primavera se aleja, pero volverá;
        bebamos mientras nuestros labios tengan sed.

        Quizá así olvidaremos que estamos
        en el invierno de nuestra edad,

        y que las flores se marchitan".


        "La mujer, en el esplendor de su belleza,
        se asemeja al viento tibio de agosto:
        refresca y perfuma nuestra vida;

        pero, cuando la blanca seda de la edad cubre su cabeza,
        la evitamos como al viento invernal".

        "Al principio estaba feliz de recuperar mi libertad de niña".
   
        Ahora, miro desde mi ventana las hojas amarillentas del sauce;
        cuando partió, eran de un verde tierno.

        ¿Estará feliz, él también, de hallarse tan lejos de mí?".


        "Serás como la montaña del Sur, que no vacila jamás,
        que nunca se tambalea,

        y que permanece eternamente verde,
        como los gloriosos pinos y los cedros".

        "¡Oh, cuándo vendrá la noche a hacerme olvidar mi tristeza con el sueño!".
        "Con la cabeza entre las manos, miro la hoja de papel
        que sigue en blanco desde que estoy aquí.

        Miro también la tinta que se seca en la punta de mi pincel.

        Mi espíritu parece dormir".

    
        
        
        

        

lunes, 2 de mayo de 2016

SUE KAUFMAN

 
                                                          Sue Kaufman


                                       


        Nació en Nueva York en 1926 y vivió en esta ciudad hasta el día de su muerte (1977).
        Apenas se sabe nada de la vida de esta gran escritora. Se graduó en el Vassar College en 1947. Colaboró con sus publicaciones en The Atlantic Monthy, The Paris Review y The Saturday Evening Post.
        En 1953 se casó con un médico llamado Jeremías Abraham Barondess, con el que tuvo un hijo.
        Su primera novela, The Happy Summer Days es de 1959, pero el mayor éxito de su carrera llegaría en 1967, año de la publicación de Diario de un ama de casa desquiciada (adaptada al cine en 1970).
        Desde 1980, la Academia de las Artes y las Letras norteamericana convoca el Premio Sue Kaufman de Ficción en su memoria.
        Murió en Manhattan en 1977 (cuando solamente tenía cincuenta años) después de una larga enfermedad.
        Algunas de sus obras: The Happy Summer Days (1959), Green Holly (1961), Diario de un ama de casa desquiciada (1967), The Headshrinker's Test (1969), Falling Bodies (1974), The Master and other stories (1976).




                                         



        Diario de un ama de casa desquiciada es considerada una de las obras fundamentales y más representativa de la conciencia femenina surgida en Estados Unidos en el siglo XXI.
        La protagonista de la obra escribe un diario en el que nos va contando su día a día. Desde la primera página te engancha y te alías con ella contra el resto del mundo. Es un libro triste y divertido al mismo tiempo. Triste porque te das cuenta de la vida de las mujeres de su época y te resignas a lo que va contando sin poder hacer nada, pero al mismo tiempo divertido porque Bettina (la protagonista) tiene un carácter y unas manías o miedos que según va plasmando te hacen sonreir. Es un mujer graciosa y distraída, cualquier cosa que te cuente, aunque sea el hecho de hacer un simple estofado o unas compras navideñas, acaba siendo entretenido. Tiene el don de contar cualquier cosa cotidiana o insignificante como si fuera lo más transcendental del mundo. 
        El tema fundamental de la obra ya está recogido en el título, pero es esto y muchas otras cosas más. Es la lucha de las mujeres por un papel activo en la sociedad, por otro papel que no sea de "madre modelo", "esposa modelo", "hija modelo" y un sinfín de obligaciones a las que estaban sometidas y hacían que sus vidas fueran una auténtica tortura pero que nadie les diese importancia. No tenían ninguna vía de escape,ni siquiera los médicos, psiquiatras, amigas, padres...puesto que para todos la vida de una mujer debía ser como estaba estipulado y además, si esa mujer incluso era de familia "acomodada" era todavía más difícil quejarse ya que debería dar gracias por ser "tan afortunada".
        Me pareció un libro fantástico, me gusta cómo se expresa (me llevé una grata sorpresa también con  la traducción, que es de Milena Busquets, de la cual ya hablé en este blog de su vida y de su libro "También esto pasará") y sus ideas (sobre todo teniendo en cuenta la época en la que se escribió).
        Un libro ácido, sentimental, ocurrente, animado, reivindicativo, valiente...
        Por no hablar del final y adelantar nada, sólo decir que la última página (último párrafo, más concretamente) en lo referente a la cucaracha...me ha encantado. Creo que todas somos unas pequeñas cucarachas, unas quedamos atrapadas y otras escapamos... unas tenemos más suerte y otras no, a veces está en nuestras manos o estamos en manos de alguien...pero siempre hay una salida. Elegimos la cucaracha (increiblemente fuerte) que queremos ser. La clave está en la elección (todo esto desde mi punto de vista, por supuesto, hay quien leerá esto y no verá la similitud en lo que estoy diciendo). 
        Otro libro que me ha sacado una sonrisa y que recomiendo a quien tenga ganas de pasar un buen rato.

        Las frases que más me han gustado:

        "Mientras buscaban y elegían, yo me quedé a su lado mirando, deseando que el tic de mi ojo derecho se detuviese y rezando para que el nudo de mi garganta no empeorase, y entonces me fijé en el montón de libretas y se me ocurrió la idea. Así de sencillo. Las vi y supe que eran lo que necesitaba, lo que había estado buscando todo este tiempo, sin saber que las necesitaba ni que estuviera buscándolas. No sé si me explico. También supe que era una  buena idea, sensata, porque mientras estaba allí de pie, mirando las libretas,el tic del ojo se detuvo de repente y el nudo de la garganta desapareció. Una señal. Así pues, cogí cuatro libretas y me las puse debajo del brazo".
        "No he tenido tiempo de hacerlo porque, hasta hoy que ha empezado el  colegio, las niñas han estado sin nada en qué ocuparse. He tenido que entretenerlas. He pasado dos semanas con ellas, recorriendo la ciudad con este calor insoportable: de compras, al médico y al dentista para las revisiones, de paseo con sus amigas. Si estoy cansada y pálida y un poco desarreglada, si parezco nerviosa y desorganizada, es porque no soporto correr todo el día de un lado a otro con este calor, y porque no he tenido ni un sólo minuto para mi".
        "Lo que realmente pasa es que estoy paralizada, y lo he estado todo el verano. Lo que pasa es que estoy paranoica. Lo que pasa es que a veces me siento tan deprimida que ni siquiera puedo hablar, tan desesperada que me encierro en el lavabo y abro todos los grifos para que no se me oiga llorar. En cambio, otras veces estoy con los nervios tan de punta que no puedo quedarme quieta en ningún sitio y todo se agita a mi alrededor, y al final no tengo más remedio que tomarme una pastilla o un trago de vodka a escondidas..., lo que tenga más a mano. Lo que pasa es que de repente siento miedo de casi todo lo imaginable. Haré una lista. Tengo miedo de:
los ascensores
los metros
los puentes
los túneles
los sitios altos
los sitios subterráneos
los sitios cerrados
los barcos
los coches
los aviones
los trenes
las multitudes
los parques desiertos
los dentistas
las abejas
las arañas
las polillas peludas
las cucarachas
las pandillas de adolescentes
los atracadores
los violadores
los tiburones
los incendios
los maremotos 
las enfermedades mortales (todas las conocidas)

        La lista continúa, pero yo soy incapaz de seguir. Es la primera vez que lo pongo por escrito".
        "Me psicoanalicé a fondo, y se supone que con éxito. Hace once años que funciono de maravilla, y no puedo evitar pensar que sólo estoy temporalmente fuera de servicio, y de que lo que no funciona en mí es algo que sólo yo puedo arreglar. No soy, en absoluto, material de loquero".
        "Dijo que yo no lloraba por mi padre, sino por mí misma".
        "No sólo pienso que puedo solucionar yo misma lo que me ocurre, sino que creo, además, que al final no habrá sido más que una casualidad. Algo medioambiental. O algo extraño que todavía no ha sido documentado".
        "Tenga lo que tenga, me será de gran ayuda escribir en este cuaderno".
        "Soy alta, delgada y tengo el pelo rubio oscuro o castaño claro, y uno de esos rostros que cambian continuamente: puedo parecer dura, blanda, corriente, casi-mona y, algunas veces -cuando estoy tensa o enferma o posando para una foto -, fea como ese personaje de Popeye, Alice the Goon".
       "Mi querida mamá. Genio y figura. La odié hasta que fui al loquero, entonces <aprendí> a entenderla y a ser tolerante... Lo que significa sencillamente que aprendí a pensar en ella sin alterarme ni ponerme hecha una furia".
        "A pesar de todo, y dejando de lado a mamá, logré convertirme en una chica agradable, aparentemente normal, aunque un poco sumisa".
        "Aprendí a aceptar el hecho de que yo era una joven lista pero bastante corriente, un tanto pasiva y tímida".
        "Dicho ahora suena bastante calculado, pero lo cierto es que, cuando te estás psicoanalizando y de repente tienes una <revelación>, no te quedas allí dándole vueltas... Agarras la <revelación> y la conviertes inmediatamente en acción.
        Ahora bien, durante el tiempo que necesité para descubrir quién era, mi vida no se detuvo".
        "Resultaba todo bastante deprimente. Un paréntesis. Una especie de impasse. Quiero decir que allí estaba yo, lista y dispuesta para empezar a ser quien estaba destinada a ser, con ninguno de los accesorios necesarios a la vista".
        "Es curioso cómo a menudo parece que un cambio drástico en tu vida sirva de señal para que se produzcan muchos otros cambios: como si se desatara una especie de reacción en cadena".
        "Cuando estás muy ocupado siempre encuentras tiempo para hacer todavía más cosas".
        "¿Que sé que soy una chica muy afortunada, y que realmente debo de estar loca para hallarme en este estado, cuando tengo todo lo que una chica podría desear?".
        "También tengo esa encantadora sensación de que me crece un hueso de melocotón dentro de la garganta".
        "También me di cuenta ayer por la noche de que mi mesita de noche es un reflejo nítido de mi estado de ánimo. Supongo que es una tontería dejar tantas pruebas condenatorias por en medio, pero me parece que Jonathan no es consciente de nada en absoluto, sólo sabe que leo aproximadamente una hora cada noche antes de ponerme a dormir. En este momento, amontonados alrededor de la lámpara, tengo:
Las Obras completas de Chéjov
Los Buddenbrook
Tres cuentos, de Flaubert
Las obras completas de Jane Austen
Los poemas de Andrew Marvell
Regreso a Howard End
La edad de la ansiedad, de Auden
El amante de Lady Chatterley
 
        En el estante de abajo hay algunas revistas de moda, americanas y francesas, algunos números atrasados de Art News y las páginas de opinión de varias ediciones del Times. Este estante comprende mis Lecturas Obligatorias, cosas que Jonathan insiste en que lea, pero yo nunca las toco, excepto para purgar la pila de Times cuando se hace demasiado alta".
        "Puede que yo elija mis lecturas como reacción a las suyas, aunque en realidad creo que son sencillamente un método para tranquilizarme sin necesidad de pastillas ni alcohol".
        "Pero claro, el año pasado yo estaba por estas fechas, supuestamente cuerda. Por estas fechas estaba, el año pasado, haciendo todo lo que me tocaba (llevaba esta casa con eficiencia, la decoraba, iba a fiestas, era una madre modelo), y no prestaba atención a lo que me gustaba, lo reprimía, aunque a veces no podía soportar escuchar la conversación de la Gente Nueva y no lograba mirar directamente a la cara a Jonathan con su traje nuevo de doscientos dólares y sus zapatos de charol de cordones. Entonces yo me acusaba de provincianismo y de esnobismo a la inversa y seguía con mi vida. En resumen: logré mantener el control sobre mí misma".
        "Por la noche leía a Agatha Christie, a Simenom o a Ngaio Marsh y veía películas antiguas en la televisión, y, aunque a ratos me abrumaba una sensación de soledad insoportable, pensaba que me estaba comportando como una niña y que lo mejor era esperar a que se me pasase".
        "Y ya no hubo vuelta atrás. La culpa había desaparecido: sólo quedaba la soledad, una soledad tan profunda y sobrecogedora que de pronto entendí por qué los perros echan la cabeza hacia atrás y aúllan cuando se los deja solos".
        "El hecho principal es que Jonathan ha cambiado, ha crecido (otra vez estas palabras), y que yo no he cambiado ni he crecido al mismo ritmo, no he intentado mantenerme a su nivel, no he seguido las pautas que fijé en mi psicoanálisis. Es estupendo seguir llenándose la boca con lo del papel femenino pasivo y felicitarse constantemente por haberlo aceptado, pero la verdad es que hay una segunda etapa en esa aceptación, una secuencia lógica que seguir, una transición que hacer, y yo no la he hecho. Se supone que las mujeres como yo, después de pasar cierto número de años realizándose con las tareas domésticas, han de salir de la reclusión de su guarida y reintegrarse al Gran Mundo de manera instantánea. Se supone que han de retomar un trabajo que tuvieron y dejaron o, si nunca tuvieron ninguno, buscarlo. Pueden afiliarse a un comité y hacer buenas obras, pueden volver a la universidad y hacer el doctorado, pueden abrir una galería de arte o una tienda de antigüedades o una librería o una tienda de moda, incluso pueden convertirse, sencillamente, en personajes destacados de la sociedad y organizar galas benéficas e innumerables fiestas: lo que sea, mientras implique Acción. Lo cual es justo lo opuesto a mi parálisis actual. Y en cuanto logre salir de esto, espabilarme y animarme, empezar a hacer algo, las cosas volverán a su lugar y todo irá mejor. Puede que entonces todo vaya mejor que nunca...".
        "No puedo ser valiente. Soy cobarde hasta la médula. Tengo miedo de todo lo habido y por haber".
        "Sigue sana y feliz y recuerda que tienes todo lo que una chica puede desear en esta vida.
                            Tu padre, que te quiere".
        "Al que ya se ha ahogado no le molesta la lluvia".
        "Hoy es jueves, el día libre de Lottie, y estoy aquí sola esperando a que llegue el hombre que viene a pulir el suelo para la fiesta del sábado por la noche. Estoy aquí sola, repito, y sin embargo siento que me importa un pimiento que me violen, me apuñalen sesenta veces, me lleven al sótano en un carrito de lavandería y me metan en el incinerador con los pies colgando fuera".
        "Lo que eres y no deberías ser es tan dura contigo misma".
        "En esos dibujos animados sádicos que las niñas miran en la televisión, como Bugs Bunny o Tom y Jerry o Mickey Mouse, hay siempre una escena desenfrenada de persecución- y-trifulca; durante ese enloquecido embrollo, uno de los participantes, el perseguidor o el perseguido, es aplastado indefectiblemente por algún objeto contundente -una apisonadora, una caja fuerte, un camión Mac, un piano- que lo deja aplastado, convertido en una versión unidimensional de él mismo; entonces vuelve a levantarse, se sacude el polvo y, sin sentir ningún dolor, sigue adelante. Bueno. Ésa soy yo. Aplastada. Una versión unidimensional de mí misma. Pero, sorprendentemente, no siento dolor y sigo adelante".