MILENA BUSQUETS TUSQUETS
Nació en Barcelona en 1972. Estudió en el Liceo Francés y se licenció en Arqueología en el University College de Londres.
Después de la muerte de su padre (cuando tenía diecisiete años) y de terminar la carrera, trabajó en la editorial Lumen y años más tarde (2001) monta con su madre (después de que ella vendiera Lumen a Penguin Random House) RqueR Editorial (hasta que se les agotó el dinero). Trabajó también en una revista del corazón y fue relaciones públicas de una marca de moda. Actualmente trabaja de periodista y traductora de inglés y francés al castellano. También escribe un blog.
Desde muy joven fue una lectora voraz porque en su casa siempre hubo muchos libros y su madre le inició en el apasionante mundo de la cultura (enseñándole a descubrir autores, países, museos, películas, personas...) y confiesa que escribe desde siempre.
Dice tener poca vida social y fiarse más de los instintos que de los razonamientos.
Nunca ha tenido un plan para nada si no que se ha dejado llevar por la vida misma. Añora los años sesenta y setenta, esa manera de vivir de tanta libertad personal. Reconoce que es un fraude de adulto y que se siente muy incómoda en esta vida. Confía en que la gente la vaya salvando ya que uno necesita de los demás para hacerlo. Su "alegría loca" por la vida ya se ha terminado, pero ya sabe cómo parar el dolor, cómo controlarlo.
Es una mujer elegante, culta, sensata. Una escritora sensible, sincera, sencilla, natural y muy emotiva. Es una satisfacción leerla y disfrutar de esa naturalidad, de esa franqueza que irradia cada una de sus palabras.
Explica que escribe para que la quieran, que es falsa la imagen de frívola que se proyecta de ella, que se siente huérfana de amor, que tiene miedo a morir, a estar enferma, a que no la quieran; que la tristeza pesa mucho más que el amor (que no pesa nada), que en realidad nunca ha querido ser escritora (todo el mundo a su alrededor durante muchos años pertenecía a esa esfera y por eso no le interesaba) pero que le cura leer a los demás.
A día de hoy tiene publicadas dos novelas: Hoy he conocido a alguien (2008) y También esto pasará (2015).
TAMBIÉN ESTO PASARÁ
Es una carta de puro amor hacia su madre profundamente sincera y enternecedora.
Aunque haya sido muy transparente al escribirlo, no le ha aliviado las penas (pero no le importa porque no renunciar a ellas quiere decir que la ha querido).
Un año después de la muerte de su madre empieza a escribir este fantástico libro aunque ha tenido dudas de publicarlo hasta el final.
"Cuando su padre murió a los diecisiete años su madre le contó un cuento chino. Un cuento sobre un poderoso emperador que convocó a los sabios y les pidió una frase que sirviese para todas las situaciones posibles. Tras meses de liberaciones, los sabios se presentaron ante el emperador con una propuesta: TAMBIÉN ESTO PASARÁ. Y la madre añadió: El dolor y la pena pasarán, como pasan la euforia y la felicidad".
Un libro que habla sobre el amor (en todos los sentidos pero especialmente hacia la figura materna), los recuerdos, la infancia, la libertad, la necesidad de divertirse, el dolor de la pérdida, el sexo, los hijos, las ausencias...
Ella misma ha explicado (sobre la protagonista de la obra): Blanca es mi alter ego. He construido ese personaje basándome en la imagen que tengo de mí misma. Así es como yo me veo por dentro. Y, lamentablemente, tengo que confesar que no ha sido una escritura terapéutica porque sigo estando terriblemente cabreada por haber perdido a mi madre. He llorado mucho escribiendo estas páginas, pero también me he reído una barbaridad. Como si ella hubiera estado a mi lado...
Una novela muy cautivadora e intensa. Muy recomendable.
Las frases del libro que más me han gustado:
"Siempre he pensado que los que dicen te quiero mucho, en realidad te quieren poco, o tal vez añaden el mucho, que en este caso significa poco, por timidez o por miedo a la contundencia de te quiero, que es la única manera verdadera de decir te quiero".
"A partir de ahora, supongo que cada funeral al que asista será el tuyo".
"¿Cómo pudiste pensar que tenías alguna posibilidad de ganar esta batalla, la última, la que no gana absolutamente nadie? Ni los más inteligentes, ni los más fuertes, ni los más valientes, ni los más generosos, ni los que lo merecían".
"Ya no me creo el amor de nadie, que hasta mi madre dejó de quererme durante un tiempo, que el amor es lo menos fiable del mundo".
"Después de todo, mañana será otro día".
"La cara de ilusión es una de las más difíciles de fingir y va desapareciendo a medida que desaparecen las ilusiones, las verdaderas, las infantiles, y son sustituidas por los meros deseos".
"En general, creo que es mejor saber lo menos posible sobre la gente. De todos modos, tarde o temprano, aparecen como son, sólo es cuestión de tiempo, poco, y de tener los ojos y las orejas abiertas".
"Sólo quedaban nuestros despojos, tu mueca de dolor, el silencio, el cansancio y una soledad nueva, sin fondo".
"Soy un fraude de adulto".
"¿Sabes una de las cosas más duras de hacerse viejo?, me dijo un día. Darse cuenta de que lo que explicas ya no le interesa a nadie".
"Ahora creo que ya sabías que la época de los puntos suspensivos, que tanto detestabas, había llegado a su fin. Empezaban los puntos finales, como puñales, como bombonas de oxígeno".
"La ligereza es una forma de elegancia, decía yo, vivir con ligereza y alegría es dificilísimo".
"Si yo fuese otra persona, uno de mis sueños sería vivir en el campo rodeada de animales, pero si no tengo cerca un cine, un supermercado abierto las veinticuatro horas y un montón de desconocidos, me angustio".
"Me duelen todos los caminos recorridos con mi madre; la muerte, tan cabrona, nos expulsa de todas partes".
"Pienso que nunca será tan adulto, tan consciente de todo, tan serio, tan bondadoso, tan discreto, tan parco en palabras, tan sensible y responsable, como lo es ahora, con trece años".
"Y ver a mis compañeros de parranda con hijos y con la mirada cansada; de joven, aunque estés agotado, no tienes nunca la mirada cansada, ahora hay días que apenas puedo levantarla del suelo".
"Y ver la casa envejecer contigo, quedarse sola y, finalmente, convertirse en ti".
"Conseguir no pesar y que nada pese, la tristeza hace que todo pese dos toneladas".
"Siempre agradezco que no se haga un espectáculo de la pena, ni de la solidaridad".
"Mi padre y su entereza ante la enfermedad y la muerte".
"No sabré nunca, y no quiero saberlo, si papá murió gritando, aterrado, o con la dignidad heroica que a mí, pequeña niña estúpida, me ayudó a vivir durante tantos años".
"En cualquier caso, creo que nadie puede vivir sin determinada dosis de amor y de contacto físico. Por debajo de cierto nivel, nos pudrimos".
"Nuestro interior acaba atrapándonos siempre. Acabaremos siendo quienes somos, la belleza y la juventud sólo sirven para camuflarnos durante un tiempo".
"Se puede saber si a alguien le gustan de verdad los libros por cómo los mira, por cómo los abre y los cierra, por cómo pasa sus páginas, decías".
"Nunca volveré a ser mirada por tus ojos. Cuando el mundo empieza a despoblarse de la gente que nos quiere, nos convertimos, poco a poco, al ritmo de las muertes, en desconocidos. Mi lugar en el mundo estaba en tu mirada".
"La gente más elegante suele ser la que se viste para sí misma".
"Totalmente inconsciente de que la vida en un hospital va más deprisa que fuera, que las mechas se consumen más rápidamente".
"Tal vez todos nos quedamos siempre con algún viaje pendiente, planeamos viajes cuando ya son imposibles".
"Debe de ser intolerable tener todavía los ojos abiertos y pensar que hay lugares que ya no volverás a ver nunca, que se cierren las posibilidades antes que los ojos".
"Hice lo que pude, a veces hice lo que tenía que hacer, no siempre, no soy demasiado buena para enfrentarme a la miseria. Lo siento. Tal vez tú, en mi lugar, lo hubieses hecho mejor".
"No lo hago porque todavía no eres un recuerdo, supongo que el tiempo, tan cabrón, tan clemente, se encargará de ello".
"También hay que tener cierta edad para empezar a sentir afecto por las ciudades en las que uno nació o pasó su infancia".
"Sólo puedo hablar en serio y durante horas de bobadas, los asuntos importantes, el amor, la muerte, el dinero, los despacho con una frase, un levantamiento de cejas y una carcajada nerviosa, por pudor, supongo, pero también por indolencia y debilidad de carácter".
"No quiero ponerme triste, después de todo la tristeza es un sentimiento fino, modulado, profundo y de largo recorrido, prefiero enfurecerme".
"Me gustaría poder reconstruir el mundo, o un amago de mundo, con las piezas que tengo, recomponer el rompecabezas y que algo volviese a ser como antes, no tener que aventurarme fuera nunca más, pero supongo que ya faltan demasiadas piezas".
"Me digo que nada importa demasiado, que, en efecto, la vida da muchas vueltas. Pero tengo la sensación de haberme tragado un pedazo de cristal".
"La verdad es una puerta que abro cada vez menos".
"-Han muerto casi todas las personas a las que más he querido y que he perdido muchos de los lugares de mi infancia y juventud- explico.
-Pero esas personas y esos lugares los observaste cuando eran tuyos,¿no?".
"La observación, no sólo el amor, nos hace dueños de las cosas, de las ciudades que hemos visitado, de las historias que hemos vivido, de la gente, de todo. Todas las cosas por las que has pasado sin indiferencia, con atención, son tuyas".
"Yo creo que hay cosas que hemos perdido para siempre. De hecho, creo que somos más las cosas que hemos perdido que las que tenemos".
"Me quiere con un amor irracional y desproporcionado, que tal vez sea el único tipo de amor que vale la pena, el que no nos merecemos".
"Temo su muerte y que este lado del mundo se esté quedando tan vacío".
"No es fácil renunciar al amor de nadie".
"No es que el hombre que tengo delante sea feo, al contrario, pero no es el hombre del que me enamoré, ya no es un todo, es sólo un conjunto de cualidades y defectos, un hombre como tantos otros".
"Pero no digo nada porque ya es demasiado tarde y porque no hay conversación más patética en el mundo y más destinada al fracaso que la de dos individuos intentando calibrar su amor".
"Me hubiese gustado morir contigo, en la misma habitación, en el mismo instante".
"Me hubiese gustado estar allí, cogiéndote la mano, para nuestro final. Porque paseo por el terreno de los vivos, más o menos alegremente, más o menos sola, pero tengo siempre un pie donde tú estás. A veces, me cuento la historia que tú me contaste un día, sentada en mi cama, para consolarme de la muerte de mi padre: Érase una vez que en un lugar muy lejano, tal vez China, había un emperador poderosísimo y listo y compasivo, que un día reunió a todos los sabios del reino, a los filósofos, a los matemáticos, a los científicos, a los poetas, y les dijo: Quiero una frase corta, que sirva en todas las circunstancias posibles, siempre. Los sabios se retiraron y pasaron meses pensando. Finalmente, regresaron y le dijeron al emperador. Ya tenemos la frase, es la siguiente: TAMBIÉN ESTO PASARÁ. Y añadiste: El dolor y la pena pasan, como pasan la euforia y la felicidad. Ahora sé que no es verdad: Viviré sin ti hasta que me muera".
"Yo estoy empezando a respirar mejor y ya casi no tengo pesadillas, y algunos días siento revolotear el polvo de hadas por encima de mi cabeza, no mucho y no muy a menudo, pero es un principio".
Me encanta leer tus frases favoritas! quiero más!!
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