miércoles, 30 de marzo de 2016

Las alas de mi padre

   


                                                  LAS ALAS DE MI PADRE


                     




        Madame, una "hostelera" muy peculiar, vive en su "hotelito" de ocho habitaciones en la preciosa Cerdeña al borde del mar y rodeada de un auténtico paisaje espectacular que hace que su vida, a pesar de no tener dinero ni suerte en el amor, tenga sentido en ese lugar idílico y salvaje. 
        A esta increíble mujer (que siempre da una respuesta negativa a los constructores que quieren convertir su terreno en hoteles turísticos) la conocemos gracias a la mirada de una niña (una vecina que perdió a su padre y cree que éste le ayuda desde algún lugar) que nos va contando (a modo de diario) todo lo que sucede a su alrededor y que es, casi sin ninguna duda, la que mejor la conoce (incluso más que ella misma).
        A través de las poquitas páginas que tiene esta novela, sentimos un inmenso afecto hacia la narradora y  nos compadecemos de su tristeza. Por ella, casi disfrutamos de un cierto apego hacia Madame, porque representa la fortaleza, la integridad, la determinación...para no dejarse tiranizar por la riqueza material (que no la hará más feliz de lo que puede ser, o no, sin ella).
        Gracias a varios personajes que la rodean, en especial el abuelo de la niña y su vecino Pietrino (el hijo más pequeño de la casa de al lado), vamos disfrutando del amor a la belleza, a la generosidad, a la importancia de ayudar a los demás, de ser tolerantes.
        Madame nos adentra en el mundo de las supersticiones (intenta hechizar a sus amantes para sentirse por fin algún día querida como ella quisiera) y la magia (siempre para hacer felices a sus huéspedes y seres queridos) y nos hace sentir un deseo irrefrenable por protegerla de todo y de todos (la vida, la gente, esos hombres que no la merecen...).
        Un libro breve y profundo; con un lenguaje natural e inocente que te deja, a pesar de algunas penas, una sensación de paz.
        La magia y el amor (de todas las maneras posibles) siempre nos salvarán.

        
        Las frases que más me han marcado:

        "Pero, muchas veces, toda esta belleza nos aburre, nos entran deseos del mundo normal y se nos ponen los nervios de punta".
        "Hasta abuelo pensaba así antes, pero ahora dice que nos pasamos la vida haciendo grandes esfuerzos por adaptarnos al pensamiento dominante, que nos parece el mejor por ser el de la mayoría de la gente, cuando en muchos casos deberíamos emplear las energías en cambiar esa forma de pensar común, y a alguien le tiene que tocar ser el primero".
        "Lo peor de todo es la soledad. Cuando almuerza sola, algo que ocurre casi siempre, sin mantel, con servilleta de papel, nota un fantasma que le da golpes en la cabeza y se la echa sobre el plato".
        "Ella admira mucho a la familia de los vecinos y no sólo porque son buenas personas, sino porque saben cómo ser felices".
        "Mi padre no es de esos que abandona así a los suyos. Sobre todo a mí".
        "Pero Pietrino tiene su mundo y no necesita nada más. Ni siquiera juguetes. A su hermano mayor, cuando regresa de París, le pide que le traiga algo. Pero  no sabe qué. Su hermano mayor tampoco lo sabe. Entonces le trae los billetes usados de avión y metro, un envoltorio de pan con los textos en francés, una botellita de eau minerale Vittel; el niño lo guarda todo en una caja, que cree mágica y la llama el tesoro de París".
        "Y sin magia la vida no es más que un espanto".
        "Mamá no soporta esa ardiente imaginación mía. Dice que soy una mentirosa. Como mi padre. Tampoco soporta que no conteste cuando me llaman, y si contesto, estoy con el cuerpo, pero vete a saber dónde estoy con la mente. Y lo que menos tolera es que si cuento algo, a lo mejor con lujo de detalles, después siempre se descubre que las cosas no fueron realmente así y que la realidad no hizo más que inspirarme".
        "Abuelo consuela a sus hijas diciéndoles que el dinero no nos hace falta, total, vivimos en un lugar maravillosos".
        "Pero abuelo va a casa de Madame cuando su amiga se ha ido, y dice que a él, la gente que se cree que comprando cuatro chorradas se limpia la conciencia con el Tercer Mundo, le da asco".
        "Pietrino llora y tiene una tonsura en la cabeza, porque se arranca el pelo de la desesperación, ya que se pasa su niñez llamando a quien nunca le contesta".
        "Idolatra al hijo mayor y al menor de los vecinos. Dice que son heroicos oponiéndose a su modelo familiar y encarnan la diversidad necesaria para que el mundo mantenga el equilibrio".
        "Después de pasarse meses desesperada porque nosostros teníamos todos los números para ser felices y lo que nos había ocurrido  no era justo, al final acabó muriéndose de pena. Ella no quería oír hablar siquiera de las diversidades necesarias para el equilibrio del mundo, al contrario, si abuelo intentaba consolarla con esta filosofía, se desesperaba todavía más, le daban ataques al corazón y había que llevarla enseguida a urgencias".
        "Siempre está contento con todo, con la belleza de los lugares, con la comida, con las camisas que huelen a limpio, con los libros que por las noches lo esperan en la mesilla, con los partidos de fútbol sala".
        "Abuelo dice, pero con alegría, como si hablara de cualquier otra cosa, que a él le gustan los cambios, que le gustaría morirse porque seguir viviendo sería acumular repeticiones. Una pesadez".
        "Abuelo dice que madame es ^el hombre nuevo^, el único ser humano que podrá sobrevivir a la catástrofe en curso, porque sabe distinguir lo insignificante de lo que es verdaderamente importante en la vida".
        "¿Quién nos dió pues la vuelta, de tal modo
          que, hagamos lo que hagamos, estamos en la actitud
          del que se marcha? Como aquel que,
          en la última colina que le muestra una vez más
          todo su valle, se da la vuelta, se detiene, permanece así un rato,
          así vivimos siempre, despidiéndonos".
        "Yo también le rezo a menudo a mi padre para que me venga a buscar y me lleve allá arriba donde él está. A veces estoy tan cansada de mis preocupaciones, del miedo a todas las cosas feas que todavía pueden ocurrir, que pienso en las palabras de la mamá de los vecinos, y sobre todo, en las de San Pablo, entonces me arrepiento enseguida y me convenzo de que si mi padre no viene a buscarme es porque aquí soy útil.
        En cambio, abuelo a los vecinos no los puede ni ver. Por tener tantos hijos y ocuparse de ellos en general y no en particular. Por pasarse todo el santo día diciendo ^¡reza una oración!^. Por la forma en que los padres se toman de la mano delante de la gente. Si tanto se quieren, ¿por qué no se lo guardan para ellos? Por la misa de los domingos, a la que no se falta nunca aunque en casa haya alguien con cuarenta de fiebre, de lo contrario, te vas al infierno, la mitad de la familia va en el coche de mamaíta y la otra mitad, en el de papaíto".
        "Ya no se puede aguantar a toda esa gente que compra, compra y compra porque en la vida no tiene otros placeres; la mejor revolución sería dejar de comprar y hacernos toda la ropa con sábanas y manteles viejos".
        "Justamente lo que parece más simple, en realidad es dificilísimo de entender de veras".
        "Ojalá mi padre me dijera qué está bien y qué está mal, aunque para mí que no lo sabe, ni siquiera ahora que está allá arriba".
        "El mundo no se había venido abajo y se disfrutaba del placer de vivir. Mientras estuviéramos todos no se vendría abajo. Porque no soportaba nada las separaciones".
        "Un filósofo dijo que las aventuras más grandes le ocurren al primero que las sabe contar".
        "Mi tía dice que según el gran ensayista y crítico Walter Benjamin, cuando escribo, hago algo importantísimo. En el sentido siguiente. Hace mucho, cuando sólo existía la naturaleza sin el hombre, el mundo estaba en perfecta armonía con Dios, todas las criaturas sabían de forma natural cuál era su propio sentido y hacían lo que debían hacer, por ejemplo, los árboles daban frutos y cosas por el estilo. Entonces apareció el hombre y empezó a poner nombre a las cosas privándolas de ese sentido. Si nosotros llamamos árbol a un árbol, enseguida pensamos únicamente en los frutos, y esto es limitativo. Según mi tía, los escritores como yo salvan a las criaturas de esos límites. El poeta busca las palabras para devolverle al árbol ese sentido perdido".
        "Pero que sólo una magia, la Suerte, el Dios de los vecinos o las alas de mi padre podían hacer que nos encontráramos".
        "Madame no se guarda nada, ni siquiera el tiempo. Siempre está disponible. No la entiendo. Si los demás me quitaran todo mi tiempo, los odiaría o me volvería loca. Cuando estoy pensando en mis cosas y oigo que me llaman, sencillamente no contesto.
        A veces Madame, por la falta de amor, se despierta en plena noche, entonces se acuerda de que está sola y le parece que se ahoga, se levanta y se toma un vaso de agua, pero el amor que no tiene le quita el aliento.
        Le da miedo lo que pueda ocurrirle cuando sea vieja, a pesar de eso, tiene que existir alguna manera de encontrar el amor incluso de vieja. Alguna magia".
        "Sin embargo, la abuela de los vecinos es un ser humano importante, porque tiene el cerebro tan vacío, tan vacío, que constituye la prueba ontológica de la existencia de Dios. Y es verdad, porque ¿cómo se las arreglaría, así completamente sin cerebro, para caminar, hablar, manifestar sus ideas, tener sentimientos, si no tuviera alma? Por tanto, el alma existe".
        "A abuelo también le da pena, dice que las empresas farmacéuticas se aprovechan de los pobrecitos como La Alegría y los hacen funcionar a fuerza de Prozac, porque si se deprimen, se quedan en cama, no compran nada más y la economía mundial se hunde".
        "Antes de irse, el herido se despidió de Madame con un discurso. Entendió por qué los hombres no se enamoran de Madame, a pesar de su belleza y su carga sexual. Es demasiado buena y dócil, pero de una bondad tan fuera del tiempo, que resulta fastidiosa, y el herido no piensa, como hace abuelo, que esa bondad y esa docilidad son condiciones necesarias para que en el futuro siga existiendo el hombre".
        "Es terrible que nunca te toque nadie".
        "Un día, Madame se armó de valor y le preguntó a su amante si la quiere un poquito. Él sonrió y dijo que no se quiere un poquito. O se quiere o no se quiere".
        "La vida sin magia no es más que un espanto".
        "Esa noche volvió mi padre. Pensé que venía a buscarme, y en el fondo estaba contenta, porque a veces me parece que el futuro no me traerá nada bueno, así que más vale irse enseguida".
        "Un árbol no es nunca sólo un árbol".
        "En el fondo, la vida es hermosa".
        "Madame sintió un disparo a bocajarro, ¡buum! No le salió sangre, pero se le coaguló dentro formando un montón de grumos. Una de esas hemorragias internas en las que vomitas la sangre de una herida que no puedes ver".
        "Ni que fuera necesario ser jóvenes y felices para vivir. Se vive y ya está".
        "A lo mejor mi padre y abuelo se fueron juntos a París y vuelan sobre Notre Dame, el Sena y el Barrio Latino, y vaya donde vaya el trompetista de jazz, lo siguen desde lo alto".
        "Ella se echó a llorar y nosotras también, y debo decir que desde el día del incendio, a Madame ya no la quería, porque abuelo se murió por salvarla. Pero ahora me doy cuenta de que no es verdad. Mi abuelo se habría lanzado a las llamas para salvar a quien fuera. Mi abuelo era así. Él era el único hombre posible del futuro".
        "Y Dios hace los milagros a su manera, a lo mejor no los que esperábamos, así que hay que aceptarlos tal y como son".
        "Es un misterio el motivo por el que alguien nos roba el corazón y por el que nos encariñamos con ese alguien y le tomamos apego".
        "Quería explicarle que ahora soy rica otra vez, porque tengo todas estas tierras, pero después pensé que la mía es una riqueza rara, porque, dado que no vendemos, y encima tenemos que reconstruir el hotel, y para colmo la indemnización del seguro no es nada del otro mundo, tendremos que hacer muchos sacrificios y pareceremos unas muertas de hambre. Pero nosotras sabremos que somos ricas y nos conformaremos lo mismo".
        "Si el mundo lo creó Él, que todo lo puede, ¿por qué tuvo que morir abuelo?".
        "Al amor de Giovanni por Madame, abuelo sabría darle una explicación. Diría que también Giovanni es un posible hombre del futuro. Por su manía de llevarse a su casa ejemplares de especies en peligro de extinción".
        "He pensado que me invento muchas películas sobre el amor, en cambio, el amor es algo que no tiene nada de peliculero. Seguramente, incluso la magia es mucho más simple de lo que creemos. Incluso Dios. Y tal vez este es realmente el mejor mundo posible".
        "Madame, que ahora ya es Agnese, dice que la suya con Giovanni es una felicidad tan, pero tan grande que no la puede sostener, y que ser felices no es fácil como piensan los pobrecitos que luchan contra las dificultades. Como solía pensar ella. Dice que la única manera de que esta felicidad suya no termine es terminar antes que la felicidad. Morir para no morir".
        "Algunas noches, antes de dormir, Madame le pregunta a Giovanni si es feliz. En los primeros tiempos, él contestaba enseguida que sí. Ahora contesta que está bien, muy bien. Y entonces Madame ya no pega ojo".
        "Al menos no era responsable de la felicidad de nadie".
        "Lo único que tiene Madame en la cabeza es terminar antes de la felicidad. Así, cuando vuelvan los tiempos difíciles, ella ya no estará".
        "Sólo que ya no me quiere y prefiere irse sola a quitarse el nerviosismo. Yo me preocupo y el corazón empieza a latirme con fuerza, así que me pongo en camino, voy a casa de los vecinos para ver si está allí y la abuela dice que Madame es como aquel que nunca ha visto nada en su vida, y que también la felicidad debe tomarse en pequeñas dosis para poder digerirla, que siempre va bien un poco de movimiento después de haber comido, y mi tía también está de acuerdo, porque Madame es como esas personas de los campos de exterminio a las que encontraron con vida. En cuanto comían, se morían. Muchos parientes de sus amigos judíos acabaron así. La mamá de los vecinos suspira y dice que primero le pedimos milagros a Dios, y después, cuando ocurren, nos negamos a creer en ellos".




      

martes, 29 de marzo de 2016

MILENA AGUS



                                                            MILENA AGUS


                                               




        Nació en Génova, Italia, en 1959. Vive y trabaja (profesora de italiano e historia en un instituto de Formación Profesional) en Cagliari. La tierra natal de su madre es Cerdeña y en sus obras siempre aparece como si fuera otro personaje más de las historias.
        Es una mujer sencilla y eso se aprecia en cada novela. Tiene un estilo muy natural, fluido, sugestivo y muchas veces se nota un tono triste en sus palabras. Tiene gustos simples y vive en Cerdeña porque le apasiona el lugar, se siente feliz residiendo allí (es madre divorciada y su hijo es un pianista de jazz que vive en París). Sus padres eran emigrantes y viajaban por toda Italia pero siempre con la intención de volver a su tierra. Vivieron en muchas casas y cuando Milena cursaba quinto de Elemental se mudaron a Cagliari (por ese motivo, tantos traslados, ahora valora mucho la estabilidad de un hogar y sentir que tiene un lugar en el mundo).
        A pesar dal gran éxito de sus libros sigue llevando la misma vida de antes. Aunque en el plano económico tuvo una mejoría le siguen gustando las mismas cosas y casi todo el dinero que ganó lo tuvo que emplear en cuidar a su madre enferma (en darle los mejores cuidados posibles).
        De pequeña creía que era una persona "normal" pero la gente de su alrededor (según ella) empezó a hacerle notar su "locura" (esa maravillosa imaginación que posee) y para "sanarse" comenzó a escribir (con una acogida enorme, sobre todo, en Italia, Francia, Alemania y España).
        Cree que al organizar su obra se va haciendo preguntas y que la misma le ayuda a encontrar respuesta a sus problemas, también que los libros no le ayudan a sentirse más querida pero sí a tener la sensación de hacer las cosas bien.
        En una ocasión dijo que los escritores en el fondo eran unos pobres desgraciados. Lo que quería decir con ello es que siente que no viven en la realidad tal como es y por eso se refugian en el mundo de la fantasía. Muchas veces, cuando conoce a gente con un gran sufrimiento, piensa que así estaría ella si no escribiera (su arma de defensa contra ese mundo triste es la escritura).
        Procura ver el mundo de un modo positivo aunque le resulta complicado, pero lo intenta y plasma en sus obras.
        Escribe cuando está inspirada y si no puede hacerlo sufre mucho. Reconoce que tiene una vena dramática que es una característica del temperamento sardo y que la visibilidad que da el éxito no le altera.
        Sus personajes son tiernos, ingenuos, sinceros, salvajes y muy entrañables. Todo da una sensación de paz, especialmente cuando habla de la isla. Te zambulles en ese universo onírico tan característico de ella y te dejas llevar por su dulzura, por su colorido, por sus sentimientos y sobre todo por ese toque de locura que te atrapa de principio a fin.

        Algunas de sus obras: Mal de piedras, Las alas de mi padre, Mientras duerme el tiburón, La imperfección del amor, Alice.
                   


                                                                MAL DE PIEDRAS

                     



        Una bella novela que trata de la vida de una abuela contada por su nieta cuando está a punto de casarse. Habla sobre todo del sufrimiento, con uno mismo y con los demás, del daño que nos causamos a nosotros mismos, de locura, depresión, amor incondicional, matrimonios tardíos, esperanzas...
        A abuela todo le llega tarde o no le llega, excepto el dolor que siente por esos nudos que nunca logra desatar y ese "mal de piedras" que padece desde pequeña y que hará que su vida cobre un nuevo sentido cuando vaya a tratarse a un balneario y conozca a "Veterano".
        Un libro breve, sensible y pasional. Vale la pena pararse unas horitas y disfrutar cada una de sus palabras.

        Las frases que más me han gustado:

        "Era todo tan infinito que no podías pararte a pensar en tu vida que era tan poquita cosa".
        "En aquellos días era feliz aunque no conociera el amor, feliz por las cosas del mundo".
        "Le gustaba el mar y la literatura, sobre todo la poesía, que lo había sostenido en los momentos más difíciles".
        "¿Dejamos que nuestras sonrisas se besen?"
        "Lo único alegre en su vida era la música".
        "Abuela le decía que las cosas no podían ser normales, que por fuerza debían ser más de un modo que de otro, y se notaba que aquello la amargaba y que le entraban los celos".
        "Tal vez yo la quise de la forma correcta. Con mis escenas trágicas, mis llantos, mis jaleos y mis ataques de felicidad".
        "El Veterano dijo que, en su opinión, su marido era un hombre verdaderamente afortunado, y no un desgraciado, como decía ella, porque le había tocado en suerte una pobre loca, ella no estaba loca, sino que era una criatura creada en un momento en que a Dios sencillamente no le apetecían las habituales mujeres en serie, que le había dado la vena poética y la había creado a ella; y abuela reía a gusto y decía que él también estaba loco y que por eso no advertía la locura".
        "El Veterano se echó a llorar con una vergüenza enorme porque de niño le habían enseñado que nunca debía mostrar su dolor. Y entonces abuela también se echó a llorar y dijo que a ella lo que le habían enseñado era a no mostrarse alegre".
        "En el fondo, qué sabemos de veras incluso de las personas que tenemos más cerca".
        "Los abuelos no sabían qué llevarles a los parientes ricos de Milán. En el fondo no necesitaban nada. Entonces, abuela propuso un paquete poético, el paquete de la nostalgia, porque es cierto que comían y se vestían  bien, pero llevaría  salchicha sarda, un buen queso de oveja, vino de Marmilla, una pierna de jamón, cardos en aceite y jerseys para los niños tejidos a mano por abuela, de ese modo recuperarían un poco los aromas de su tierra".
        "Se quedó tan contento con la compra que todos los días quería que abuela se pusiera el vestido nuevo debajo del abrigo, y antes de salir, le hacía dar una vuelta en redondo y decía:^Precioso^, pero era como si quisiese decir:^Preciosa^.
        Y eso es algo que abuela tampoco se perdonó en la vida. No haber sabido entender al vuelo aquellas palabras y ser feliz".
        "Pero abuelo no quiso brindar por tiempos mejores, sino por aquel viaje, en el que habían estado todos juntos, habían comido bien y algunas veces se habían reido a carcajadas".
        "Cuando llegaron a la estación central faltaba poco para que saliera el tren de Génova, donde tomaría el barco, y después otro tren, y entonces retomaría aquella vida en la que por la mañana riegas las macetas de la terraza, después preparas el desayuno, luego la comida y la cena, y si preguntas a tu marido y a tu hijo qué tal ha ido, te contestan: ^Normal. Todo normal. Quédate tranquila^. Y no hay manera de que te cuenten bien las cosas como hacía el Veterano ni de que tu marido te diga que eres la única para él, la que esperaba desde siempre".
        "Le entró un asco infinito por Milán, que le pareció fea, como el mundo entero.
        Subió la escalera mecánica que lleva a los trenes detrás de abuelo y papá, que conversaban animadamente, y pensó que si se daba media vuelta y se marchaba, ni siquiera se habrían dado cuenta".
        "Cuando abuela se dió cuenta de que ya estaba vieja me decía que tenía miedo de morirse. No por la muerte en sí, que debía de ser como quedarse dormida o irse de viaje, sino porque sabía que Dios estaba ofendido con ella, porque en este mundo le había dado muchas cosas hermosas y ella no había conseguido ser feliz y eso era algo por lo que Dios no podía haberla perdonado. En el fondo esperaba estar realmente loca, porque si estaba cuerda, se iría derechita al Infierno. Ahora bien, antes de ir a parar al Infierno razonaría con Dios. Le iba a dejar claro que si Él creaba una persona de cierta manera, después no podía pretender que actuara como si no fuese ella misma. Había dedicado todas sus fuerzas a convencerse de que la mejor vida posible era la suya, y no esa otra por la que sentía una nostalgia y un deseo tan grandes que la dejaban sin aliento".
        "Lamentaba muchísimo no amarlo. Lo lamentaba muchísimo y le daba pena y se preguntaba por qué Dios, en el amor, que es lo principal, organiza las cosas de forma tan absurda".
        "Entonces abuela se armaba de valor, y hecha un ovillo se arrimaba a la curva de su cuerpo y ella sola se ponía el brazo del Veterano alrededor de los hombros y la mano sobre la cabeza, y la impresión que le causaba esta postura, nunca antes ensayada, era tan grande que no conseguía resignarse a esa cosa, según ella sin sentido, que es dormirse cuando se es feliz. Cabía preguntarse entonces si los enamorados vivían así. Y si era posible".
        "Con él no se avergonzaba de nada, ni siquiera de hacer pis juntos para echar las piedras, y como durante toda su vida le habían dicho siempre que estaba en la luna, le pareció haber encontrado al fin a alguien que estaba en el mismo lugar que ella, y ésa era la cosa principal de la vida, la que le había faltado siempre".
        "El cuadernito se lo regaló al Veterano, porque ya no iba a tener tiempo para escribir. Había que empezar a vivir. Porque el Veterano fue un instante, y la vida de abuela, muchas cosas más".
        "Como para sentir nostalgia el resto de tu vida. Y la nostalgia es una cosa triste, aunque también un poco feliz".
        "La vida es así, que está llena de cosas horribles, pero también hermosísimas".
        "Según mamá, en las familias siempre hay alguien que carga con el desorden, porque la vida es así, un equilibrio entre esos dos opuestos, de lo contrario el mundo se agarrota y se detiene. Si por las noches dormimos sin pesadillas, si el matrimonio de papá y mamá ha estado siempre libre de choques, si me caso con mi primer novio, si no tenemos crisis de pánico ni intentamos suicidarnos, ni echarnos a los contenedores de basura, ni desfigurarnos, el mérito es de abuela, que pagó por todos. En cada familia siempre hay alguien que paga su tributo para que se mantenga el equilibrio entre el orden y el desorden y para que el mundo no se detenga.
        Mi abuela materna, la señora Lia, por ejemplo, no era mala. Intentó por todos los medios poner orden en su vida, pero nunca lo consiguió y por eso causó daños peores".
        "Terminó para siempre con el amor y los sueños. Y después de conseguir el diploma, como ya no tenía que estudiar más, terminó también con la literatura y con cualquier expresión artística".
        "Mi espera despierta angustiada a los golpes azules de la primavera, después de permanecer, tímidamente, bajo la pálida luz del invierno. Mi espera no te entiende, no sabe hacerse entender, entre la dulzura amarilla e inquieta de las insolentes mimosas".
        "Hace diez años que nuestra casa está vacía, no la hemos vendido ni alquilado, por amor, y porque a nosotros no nos importa nada todo lo demás. Aunque, la verdad sea dicha, nunca estuvo vacía del todo. Al contrario".
        "Nos hicimos compañía, y a veces, hasta nos reímos a carcajadas, a pesar de lo tristes que estábamos allá en el Balneario,¿no es así? Usted, por esos niños que no querían nacer, yo, con  mi guerra, mis muletas, mis sospechas. Llevábamos dentro demasiadas piedras".
        "No deje de imaginar. No está usted loca. No crea nunca más a quienes le dicen algo tan injusto y perverso. Escriba".




martes, 22 de marzo de 2016

R.G.P




        Levantarse arañando paredes
        exprimir las naranjas
        un poco de agua para despertar
        mover los dedos al ritmo
        de las sílabas de tu cabeza
        que te palpiten los ganglios
        y nervios, nervios, nervios...


        El sol calienta por dentro
        y me coloco una flor.
        Ya estoy preparada para otro día
        y aunque duelen los tendones
        y las escaleras me ganen
        ya es primavera.
        Vuelvo a ser feliz, feliz, feliz
                                  ¿seguro?
                                 
                                

lunes, 14 de marzo de 2016

MILENA BUSQUETS TUSQUETS



             

                                              MILENA BUSQUETS TUSQUETS





        Nació en Barcelona en 1972. Estudió en el Liceo Francés y se licenció en Arqueología en el University College de Londres.
        Después de la muerte de su padre (cuando tenía diecisiete años) y de terminar la carrera, trabajó en la editorial Lumen y años más tarde (2001) monta con su madre (después de que ella vendiera Lumen a Penguin Random House)  RqueR Editorial (hasta que se les agotó el dinero). Trabajó también en una revista del corazón y fue relaciones públicas de una marca de moda. Actualmente trabaja de periodista y traductora de inglés y francés al castellano. También escribe un blog.
        Desde muy joven fue una lectora voraz porque en su casa siempre hubo muchos libros y su madre le inició en el apasionante mundo de la cultura (enseñándole a descubrir autores, países, museos, películas, personas...) y confiesa que escribe desde siempre.
        Dice tener poca vida social y fiarse más de los instintos que de los razonamientos.
        Nunca ha tenido un plan para nada si no que se ha dejado llevar por la vida misma. Añora los años sesenta y setenta, esa manera de vivir de tanta libertad personal. Reconoce que es un fraude de adulto y que se siente muy incómoda en esta vida. Confía en que la gente la vaya salvando ya que uno necesita de los demás para hacerlo. Su "alegría loca" por la vida ya se ha terminado, pero ya sabe cómo parar el dolor, cómo controlarlo.
        Es una mujer elegante, culta, sensata. Una escritora sensible, sincera, sencilla, natural y muy emotiva. Es una satisfacción leerla y disfrutar de esa naturalidad, de esa franqueza que irradia cada una de sus palabras.
        Explica que escribe para que la quieran, que es falsa la imagen de frívola que se proyecta de ella, que se siente huérfana de amor, que tiene miedo a morir, a estar enferma, a que no la quieran; que la tristeza pesa mucho más que el amor (que no pesa nada), que en realidad nunca ha querido ser escritora (todo el mundo a su alrededor durante muchos años pertenecía a esa esfera y por eso no le interesaba) pero que le cura leer a los demás.
        A día de hoy tiene publicadas dos novelas: Hoy he conocido a alguien (2008) y También esto pasará (2015).






                                                    TAMBIÉN ESTO PASARÁ
                            

                              

      


        Es una carta de puro amor hacia su madre profundamente sincera y enternecedora.
        Aunque haya sido muy transparente al escribirlo, no le ha aliviado las penas (pero no le importa porque no renunciar a ellas quiere decir que la ha querido).
        Un año después de la muerte de su madre empieza a escribir este fantástico libro aunque ha tenido dudas de publicarlo hasta el final.
        "Cuando su padre murió a los diecisiete años su madre le contó un cuento chino. Un cuento sobre un poderoso emperador que convocó a los sabios y les pidió una frase que sirviese para todas las situaciones posibles. Tras meses de liberaciones, los sabios se presentaron ante el emperador con una propuesta: TAMBIÉN ESTO PASARÁ. Y la madre añadió: El dolor y la pena pasarán, como pasan la euforia y la felicidad".

        Un libro que habla sobre el amor (en todos los sentidos pero especialmente hacia la figura materna), los recuerdos, la infancia, la libertad, la necesidad de divertirse, el dolor de la pérdida, el sexo, los hijos, las ausencias...

        Ella misma ha explicado (sobre la protagonista de la obra): Blanca es mi alter ego. He construido ese personaje basándome en la imagen que tengo de mí misma. Así es como yo me veo por dentro. Y, lamentablemente, tengo que confesar que no ha sido una escritura terapéutica porque sigo estando terriblemente cabreada por haber perdido a mi madre. He llorado mucho escribiendo estas páginas, pero también me he reído una barbaridad. Como si ella hubiera estado a mi lado...

        Una novela muy cautivadora e intensa. Muy recomendable.


        Las frases del libro que más me han gustado:

        "Siempre he pensado que los que dicen te quiero mucho, en realidad te quieren poco, o tal vez añaden el mucho, que en este caso significa poco, por timidez o por miedo a la contundencia de te quiero, que es la única manera verdadera de decir te quiero".
        "A partir de ahora, supongo que cada funeral al que asista será el tuyo".
        "¿Cómo pudiste pensar que tenías alguna posibilidad de ganar esta batalla, la última, la que no gana absolutamente nadie? Ni los más inteligentes, ni los más fuertes, ni los más valientes, ni los más generosos, ni los que lo merecían".
        "Ya no me creo el amor de nadie, que hasta mi madre dejó de quererme durante un tiempo, que el amor es lo menos fiable del mundo".
        "Después de todo, mañana será otro día".
        "La cara de ilusión es una de las más difíciles de fingir y va desapareciendo a medida que desaparecen las ilusiones, las verdaderas, las infantiles, y son sustituidas por los meros deseos".
        "En general, creo que es mejor saber lo menos posible sobre la gente. De todos modos, tarde o temprano, aparecen como son, sólo es cuestión de tiempo, poco, y de tener los ojos y las orejas abiertas".
        "Sólo quedaban nuestros despojos, tu mueca de dolor, el silencio, el cansancio y una soledad nueva, sin fondo".
        "Soy un fraude de adulto".
        "¿Sabes una de las cosas más duras de hacerse viejo?, me dijo un día. Darse cuenta de que lo que explicas ya no le interesa a nadie".
        "Ahora creo que ya sabías que la época de los puntos suspensivos, que tanto detestabas, había llegado a su fin. Empezaban los puntos finales, como puñales, como bombonas de oxígeno".
        "La ligereza es una forma de elegancia, decía yo, vivir con ligereza y alegría es dificilísimo".
        "Si yo fuese otra persona, uno de mis sueños sería vivir en el campo rodeada de animales, pero si no tengo cerca un cine, un supermercado abierto las veinticuatro horas y un montón de desconocidos, me angustio".
        "Me duelen todos los caminos recorridos con mi madre; la muerte, tan cabrona, nos expulsa de todas partes".
        "Pienso que nunca será tan adulto, tan consciente de todo, tan serio, tan bondadoso, tan discreto, tan parco en palabras, tan sensible y responsable, como lo es ahora, con trece años".
        "Y ver a mis compañeros de parranda con hijos y con la mirada cansada; de joven, aunque estés agotado, no tienes nunca la mirada cansada, ahora hay días que apenas puedo levantarla del suelo".
        "Y ver la casa envejecer contigo, quedarse sola y, finalmente, convertirse en ti".
        "Conseguir no pesar y que nada pese, la tristeza hace que todo pese dos toneladas".
        "Siempre agradezco que no se haga un espectáculo de la pena, ni de la solidaridad".
        "Mi padre y su entereza ante la enfermedad y la muerte".
        "No sabré nunca, y no quiero saberlo, si papá murió gritando, aterrado, o con la dignidad heroica que a mí, pequeña niña estúpida, me ayudó a vivir durante tantos años".
        "En cualquier caso, creo que nadie puede vivir sin determinada dosis de amor y de contacto físico. Por debajo de cierto nivel, nos pudrimos".
        "Nuestro interior acaba atrapándonos siempre. Acabaremos siendo quienes somos, la belleza y la juventud sólo sirven para camuflarnos durante un tiempo".
        "Se puede saber si a alguien le gustan de verdad los libros por cómo los mira, por cómo los abre y los cierra, por cómo pasa sus páginas, decías".
        "Nunca volveré a ser mirada por tus ojos. Cuando el mundo empieza a despoblarse de la gente que nos quiere, nos convertimos, poco a poco, al ritmo de las muertes, en desconocidos. Mi lugar en el mundo estaba en tu mirada".
        "La gente más elegante suele ser la que se viste para sí misma".
        "Totalmente inconsciente de que la vida en un hospital va más deprisa que fuera, que las mechas se consumen más rápidamente".
        "Tal vez todos nos quedamos siempre con algún viaje pendiente, planeamos viajes cuando ya son imposibles".
        "Debe de ser intolerable tener todavía los ojos abiertos y pensar que hay lugares que ya no volverás a ver nunca, que se cierren las posibilidades antes que los ojos".
        "Hice lo que pude, a veces hice lo que tenía que hacer, no siempre, no soy demasiado buena para enfrentarme a la miseria. Lo siento. Tal vez tú, en mi lugar, lo hubieses hecho mejor".
        "No lo hago porque todavía no eres un recuerdo, supongo que el tiempo, tan cabrón, tan clemente, se encargará de ello".
        "También hay que tener cierta edad para empezar a sentir afecto por las ciudades en las que uno nació o pasó su infancia".
        "Sólo puedo hablar en serio y durante horas de bobadas, los asuntos importantes, el amor, la muerte, el dinero, los despacho con una frase, un levantamiento de cejas y una carcajada nerviosa, por pudor, supongo, pero también por indolencia y debilidad de carácter".
        "No quiero ponerme triste, después de todo la tristeza es un sentimiento fino, modulado, profundo y de largo recorrido, prefiero enfurecerme".
        "Me gustaría poder reconstruir el mundo, o un amago de mundo, con las piezas que tengo, recomponer el rompecabezas y que algo volviese a ser como antes, no tener que aventurarme fuera nunca más, pero supongo que ya faltan demasiadas piezas".
        "Me digo que nada importa demasiado, que, en efecto, la vida da muchas vueltas. Pero tengo la sensación de haberme tragado un pedazo de cristal".
        "La verdad es una puerta que abro cada vez menos".
        "-Han muerto casi todas las personas a las que más he querido y que he perdido muchos de los lugares de mi infancia y juventud- explico.
        -Pero esas personas y esos lugares los observaste cuando eran tuyos,¿no?".
        "La observación, no sólo el amor, nos hace dueños de las cosas, de las ciudades que hemos visitado, de las historias que hemos vivido, de la gente, de todo. Todas las cosas por las que has pasado sin indiferencia, con atención, son tuyas".
        "Yo creo que hay cosas que hemos perdido para siempre. De hecho, creo que somos más las cosas que hemos perdido que las que tenemos".
        "Me quiere con un amor irracional y desproporcionado, que tal vez sea el único tipo de amor que vale la pena, el que no nos merecemos".
        "Temo su muerte y que este lado del mundo se esté quedando tan vacío".
        "No es fácil renunciar al amor de nadie".
        "No es que el hombre que tengo delante sea feo, al contrario, pero no es el hombre del que me enamoré, ya no es un todo, es sólo un conjunto de cualidades y defectos, un hombre como tantos otros".
        "Pero no digo nada porque ya es demasiado tarde y porque no hay conversación más patética en el mundo y más destinada al fracaso que la de dos individuos intentando calibrar su amor".
        "Me hubiese gustado morir contigo, en la misma habitación, en el mismo instante".
        "Me hubiese gustado estar allí, cogiéndote la mano, para nuestro final. Porque paseo por el terreno de los vivos, más o menos alegremente, más o menos sola, pero tengo siempre un pie donde tú estás. A veces, me cuento la historia que tú me contaste un día, sentada en mi cama, para consolarme de la muerte de mi padre: Érase una vez que en un lugar muy lejano, tal vez China, había un emperador poderosísimo y listo y compasivo, que un día reunió a todos los sabios del reino, a los filósofos, a los matemáticos, a los científicos, a los poetas, y les dijo: Quiero una frase corta, que sirva en todas las circunstancias posibles, siempre. Los sabios se retiraron y pasaron meses pensando. Finalmente, regresaron y le dijeron al emperador. Ya tenemos la frase, es la siguiente: TAMBIÉN ESTO PASARÁ. Y añadiste: El dolor y la pena pasan, como pasan la euforia y la felicidad. Ahora sé que no es verdad: Viviré sin ti hasta que me muera".
        "Yo estoy empezando a respirar mejor y ya casi no tengo pesadillas, y algunos días siento revolotear el polvo de hadas por encima de mi cabeza, no mucho y no muy a menudo, pero es un principio".

                                          

miércoles, 9 de marzo de 2016

MARCELINE LORIDAN-IVENS




                                                   MARCELINE LORIDAN-IVENS






        Marceline Rosenberg nació en Épinal el 19 de marzo de 1928. Es hija de polacos judíos (que emigraron a Francia en 1919).
        Fue capturada, junto con su padre (Szlama Rosenberg) por la Gestapo y fueron enviados a Auschwitz-Birkenau, cuando sólo contaba con quince años.
        Debido al horror y al sufrimiento que padeció, su vida quedó marcada por todos estos acontecimientos.
        Estaba tan unida a su padre que incluso llegó a decir: "te quiero tanto que me alegro de que me deportaran contigo"; pero lamentablemente sólo ella pudo sobrevivir (es una de las ciento sesenta personas que aún viven de las dos mil quinientas que lograron escapar o ser liberadas de un campo de concentración).
        La muerte de Szlama fue un golpe durísimo. Ella no pudo conocer cuál fue su destino porque en el propio campo (en el que estaban separados por sexos) un día no volvió a verlo más. Allí, él le entregó una carta, pero debido al estado en el que se encontraba Marceline, aún hoy en día no es capaz de recordar qué ponía; lo que le ha causado siempre una auténtica tortura y por otra parte ha hecho que finalmente, después de tantos años, escriba de modo autobiográfico, su novela "Y tú no regresaste".
        El 10 de mayo de 1945 recobró la libertad y en muy poco tiempo se casó y se divorció.
        En 1963 se casó con el director de cine documental Joris Ivens y desde entonces hicieron una serie de películas juntos (fue incluso expulsada de China en 1976 por trabajar en un documental con su pareja durante la Revolución Cultural de Mao).
        Es una cineasta comprometida y una escritora conmovedora.
        En 2003 realizó una película (en solitario) inspirada en su recorrido por los campos (Petite Prairie aux bouleaux). Por ahora escribió dos relatos: "Ma vie balagan" y "Y tú no regresaste".
        Es una mujer luchadora, fuerte, constante, enérgica, solidaria y con un enorme instinto de supervivencia.
        Confiesa que desde los años cincuenta su padre está presente en cada obra y en cada trabajo, que la gente que no pasó por lo mismo no comprende la deshumanización que se siente, la violencia terrible (física y psíquica) y que al terminar la guerra, a pesar de que hubo algunos casos de heroísmo, habían sido muy pocos y se dejaron pasar las matanzas de judíos, no sólo franceses si no también europeos.
        En una de sus últimas entrevistas relató que aunque lo más importante era la supervivencia de uno mismo, también había momentos de solidaridad y que una vez que tenía fiebre y no quería que la llevasen al hospital (porque te trasladaban casi de inmediato  a la cámara de gas) sus compañeras la escondieron en un agujero para que pudiera reponerse.
        Cree que las mentiras de la historia son gigantescas y que la manipulación es muy peligrosa.
        Nunca ha querido tener hijos porque siempre pensó que el antisemitismo volvería y que a pesar de que tuvo una vida muy difícil, al final salió bien parada.
        Para ella es muy importante no hacer daño y poder reparar el mundo, aunque a día de hoy ya no siente que forme parte del flujo de la vida.
        Una mujer que tuvo que volver a encontrar su sitio y que a pesar de las miserias sigue mostrando una preciosa sonrisa y una energía admirable.
        A sus 86 años todavía demuestra una capacidad desorbitada para luchar con o contra el mundo para arreglarlo, aunque sea un poquito.




                                                        Y TÚ NO REGRESASTE





        Es la autobiografía de la autora, en forma de carta a su padre, desde que en abril de 1943 fue enviada a Birkenau con él.
        Describe las pesadillas que tuvieron que padecer y siempre de un modo tranquilo pero duro. Es franca y consigue agitar la conciencia de quien lo lee sin alterarse en sus formas.
        Cuando hace poco le preguntaron si cuando les arrestó la Gestapo sabía lo que sucedería respondió que su padre sí que debía saber más porque le dijo: "Tú quizás regreses, pero yo no volveré nunca" (de ahí el título de esta novela). Ella no sabía a dónde iban pero cuando el tren que los transportaba (como a ganado) cruzó la frontera del país natal de Szlama, él debió sentir un auténtico terror.
        Un libro impactante y desgarrador que se lee en una hora más o menos pero que no podré sacármelo de la cabeza nunca.

        Las palabras que más me impresionaron de la novela:

        "A pesar de lo que nos sucedió, yo he sido una persona alegre; tú lo sabes. Alegre a nuestra manera, para vengarme de estar triste riéndome de todos modos. A la gente le gusta eso de mí. Pero estoy cambiando. No se trata de amargura, no estoy amargada. Es como si ya no estuviera aquí. Escucho la radio, las informaciones, sé lo que pasa y con frecuencia me da miedo. Éste ya no es mi lugar. Puede que sea la aceptación de la desaparición o la falta de deseo. Me voy deteniendo.
        Y entonces pienso en ti".
        "Yo te dije: < Trabajaremos en ese lugar y volveremos a encontrarnos el domingo>. Tú me respondiste: <Tú sí volverás porque eres joven, pero yo no regresaré>. Esa profecía la llevo grabada dentro de mí tan violenta y definitivamente como el número de serie 78750 que grabaron sobre mi brazo izquierdo, algunas semanas más tarde".
        "Todavía hoy, cuando escucho decir <papá> me sobresalto, aunque hayan pasado setenta y cinco años, aunque lo diga alguien a quien ni siquiera conozco. Esa palabra salió de mi vida tan pronto que me hace daño".
        "Pensar demasiado en ello era permitir que la ausencia entrara y eso te vuelve vulnerable, despierta los recuerdos, debilita y mata. En la vida, la verdad, también se olvida, se deja pasar, se selecciona, pero se confía en los sentimientos. En aquel lugar era al revés, lo primero que se perdía eran  las referencias de amor y de sensibilidad. Uno se congelaba por dentro para no morir. Tú sabes bien que en aquel lugar el espíritu se encogía, no había futuro má allá de cinco minutos, una perdía la conciencia de sí misma".
        "Yo era tu querida niña. Lo era todavía a los quince años. Se es querida niña a todas las edades. Tuve tan poco tiempo para llenarme de ti..."
        "Yo llevaba la chaqueta de una muerta, la falda de otra y los zapatos de una tercera. Pero hay que llevar un verdadera vida para que los objetos y la ropa te recuerden a alguien".
        "Tu carta también llegó demasiado tarde. Probablemente me hablaba de esperanza y de amor, pero ya no había humanidad en mí: yo había matado a la muchachita, yo cavaba al lado de la cámara de gas, cada uno de mis gestos negaba y enterraba tus palabras. Yo estaba al servicio de la muerte. Había sido su ^Trage^. Y después su pico. Tus palabras me resbalaron, se fueron, incluso habiéndolas leído varias veces. Me hablaban de un mundo que ya no era el mío. Había perdido toda referencia. Era necesario que la memoria se desmigajara, si no, no habría podido vivir".
        "Sobrevivir hace que las lágrimas de los otros se vuelvan insoportables. Una podría ahogarse en ellas".
        "Lejos de esa vida que, desde el otro lado de la calle, sólo pedía ser retomada, llena de silencios, de ausencias, de engaños. La vida en la que tú no estabas".
        "Afortunada según algunos, pues aún tenía una familia. Pero yo estaba en otra parte. Aferrada a ti, es decir, a la nada".
        "Mamá era ese tipo de personas que son generosas pero bruscas, desprovistas de psicología, personas que te bloquean sus emociones y las transforman en risa o en cólera. Tú sabes bien cuán rápido perdía ella los estribos y se descontrolaba, cómo nos gritaba y  nos pellizcaba fuerte. Tenía siempre atenciones con sus hijos que nunca tenía con sus hijas, a las que veía como prolongaciones de sí misma. Ella había dejado que tú fueras para nosotras la ternura y la autoridad, no tenía mal corazón. Yo  no me enojé con ella por su ausencia en el Lutetia y en el andén de la estación. Ella no entendió o no quiso entender de dónde volvía yo. Le habría hecho falta encontrar palabras y gestos que no sabía cómo manejar".
        "Hace falta envejecer para acceder a los pensamientos de los padres".
        "Se cumple la promesa que me hiciste, <Tú eres joven, Marceline, saldrás adelante>. Pero ¿dónde estás tú?".
        "Yo  no me creo nada de la historia oficial escrita por Francia".
        "No tengáis miedo; la salida está próxima; yo sé que he sido libre, no renunciéis, no olvidéis nunca".
        "¿Dónde estás tú? Sólo pienso en ti. Pero no te busco entre la gente. No nos reencontraremos de esa manera".
        "¿Por qué, una vez regresada al mundo, era incapaz de vivir?".
        "Tus sueños eran demasiado grandes para nosotros, no estuvieron a la altura".
        "Deberías haber regresado. Siempre he pensado que para la familia habría sido mejor que volvieras tú, en vez de yo".
        "Sin ti, nuestra familia se convirtió en un lugar en el que uno pedía auxilio, pero nadie te escuchaba".
        "No debieras haberlo hecho, como tampoco debiste haberla sacado de la escuela cuando nació Michel para que se ocupara de él. Era tan brillante... Te hablo desde un tiempo en que las mujeres han conquistado su lugar, me gustaría que lo hubieras conocido, que este tiempo te hubiera empujado a escuchar y comprender las aspiraciones y los sueños de tus hijas, de Henriette, de Jacqueline, los míos".
        "Si hubiéramos tenido una tumba, un lugar donde llorarte, las cosas quizás habrían sido más simples. Si hubieras regresado, disminuido, enfermo, para morir como tantos otros, porque regresar no quería decir sobrevivir, te habríamos visto partir, te habríamos cogido de las manos hasta el momento en que se quedaran sin fuerza, te habríamos velado día y noche, habríamos escuchado tus últimas palabras, tus murmullos, tu adiós, y ellas habrían desplazado para siempre esa carta que hoy me falta".
        "Una se siente casi feliz al saber hasta qué punto puede ser desdichada".
        "Porque con el tiempo, la sombra de los campos sobre mi vida se confunde con tu ausencia. Y es haber vivido sin ti lo que me pesa".
        "Me han hecho falta muchos encuentros para acomodarme a la existencia y a mí misma. Y mucho tiempo, para amar".
        "Cuando la tierra respira a eso se le llama <viento>".
        "Te quería tanto que estoy contenta de haber sido deportada contigo".
        "Tengo ochenta y séis años, el doble de la edad que tenías tú al morir. Hoy soy una señora vieja. No tengo miedo a morir, no siento pánico. No creo en Dios ni en que haya algo después de la muerte. Soy una de las 160 que todavía viven de entre los 2500 que regresaron. Fuimos 76500 los judíos de Francia que partimos hacia Auschwitz-Birkenau. Seis millones y medio murieron en los campos".
        "Hoy tengo un nudo en la garganta. Me enojo con frecuencia. No sé desentenderme del mundo exterior, me atrapó cuando tenía quince años. El mundo es un mosaico horrendo de comunidades y religiones empujadas a los extremos".
        "Nos llaman <los judíos de Francia> y también están los <musulmanes de Francia>, henos aquí puestos cara a cara, yo que quería ser de todos lados, en todo caso del lado de la libertad".
        "He vivido porque tú querías que viviera. Pero lo he hecho como aprendí a hacerlo en aquel lugar, viviendo al día, uno tras otro. Y los ha habido hermosos, de todos modos. Escribirte me hace bien. Hablándote no me consuelo, sólo aflojo lo que me aprieta el corazón. Me gustaría huir de la historia del mundo, del siglo, volver a la mía, la de Shloïme y su querida niña. De ese modo regreso a la  infancia, a la adolescencia que no se me permitió vivir, y eso es  normal a mi edad.
        Hace dos años pregunté a Marie, la  mujer de Henri: <Ahora que la vida se termina, ¿crees que hicimos  bien en regresar de los campos?> Me respondió: <Yo creo que no, no deberíamos haber regresado. Y tú, ¿qué piensas?>. No pude darle la razón ni quitársela, sólo dije: <No estoy lejos de pensar como tú>. Sin embargo, si justo antes de que me vaya me hacen a mí esa pregunta, espero saber decir que sí, que valió la pena".
     

lunes, 7 de marzo de 2016

Audur Ava Ólafsdóttir

                                                  AUDUR AVA ÓLAFSDÓTTIR





        Nació en Reikiavik en 1958. Es profesora de historia del arte y directora del museo de la Universidad de Islandia.
        Tiene un estilo directo, a veces duro y cortante, pero muy sincero. Es clara, tiene un humor negro y es concisa pero conmovedora.
        Sus obras fueron traducidas a siete idiomas y obtuvieron siete prestigiosos premios literarios.
        Alterna diferentes estilos: novela, ensayo, poesía, libro divulgativo... Lo único que no le gusta es la  novela negra y su género preferido es la poesía("la poesía salvará al mundo").
        Opina que la verdad es subjetiva y que nadie sabe a ciencia cierta dónde está. Tampoco cree en el destino.
        Las protagonistas de sus novelas son heroínas puesto que "están siempre intentando sacar lo mejor de todo lo que les ocurre".
        Cuando era todavía estudiante, y después de haber leído un poema de John Donne, llegó a una conclusión (la cual dió lugar al  nombre de su segunda novela, La mujer es una isla): "Todas las mujeres son islas. Una isla es independiente y autosuficiente". En ese momento, según ella, fue consciente de su identidad como mujer y reflexionó sobre lo "diferente y especial" que es el sexo femenino.
        No se declara feminista y manifiesta que "tienes que saber quién eres antes de querer o amar a otro" ya que "no eres capaz de amar a alguien si no eres autosuficiente".
        Con muy pocas palabras y nada de florituras es capaz de describir la delicadeza de las cosas sin caer en tópicos.

        Sus obras: Rosa cándida, La mujer es una isla y La excepción.



                                                           LA EXCEPCIÓN





        La protagonista de la obra, María, es abandonada por su marido el último día del año. "Tú eres la última mujer de mi vida" es lo que le dice justo antes de abandonarla por un compañero del trabajo.
        María contará sobre todo con la ayuda de su vecina, Perla, una enana doctora en psicoanálisis y escritora. Gracias a sus comentarios y consejos nos hace reflexionar sobre infinidad de temas con un humor extravagante que te encandila hasta el final.
     
        En este libro habla del amor, de las diferencias, de la importancia de encontrarse a uno mismo, de los prejuicios, de las relaciones y de seguir adelante a pesar de las dificultades.
        Según la autora, es una oda a todo tipo de familias, una oda a la diferencia. Cree que en el amor pedimos que el otro nos entienda porque tenemos mucha necesidad de ello. Pero el mundo  no es tan transparente y el amor es egoísta, por eso lo vemos siempre desde nuestro punto de vista.
        No necesita muchas palabras para  impresionar. Un libro intenso y franco.

        Las frases del libro que más me gustaron:

        "Eres la excepción de mi vida".
        "No me dice:<Vamos a morirnos juntos mientras el mundo se va a pique>".
        "Un matrimonio no es necesariamente desafortunado porque no dure hasta la sepultura".
        "Mucha gente se pasa toda la vida preguntándose cuándo es el momento adecuado para decir la verdad. Algunos no llegan nunca a ninguna conclusión".
        "La diferencia entre la vida y la literatura es más que nada que en la vida puede ser difícil determinar el momento en el que algo empieza a tener lugar".
        "No considero que haya mucho que puedas conseguir amparándote en las palabras. Mi experiencia me dice que la gente entiende las palabras de maneras muy diferentes".
        "La vida es distinta de como yo lo pensaba".
        "La vida es sufrimiento y desengaño, confórmate con eso. Es normal pasar malos tragos y complicarse la existencia".
        "La gente se niega a mirar la verdad a los ojos: que el mundo está lleno de cristales rotos y que el sufrimiento profundo agudiza la percepción y le otorga un valor a la vida".
        "Es cierto que uno siempre trata de esconder la crueldad del mundo tras la búsqueda de la belleza".
        "Es posible sufrir y desear en cualquier lengua, sea cual sea. Es posible enfrentarse al amor casi en cualquier hondonada, pensar en la muerte sobre una pequeña duna de arena, buscar lo sublime en cualquier mata de hierba".
        "El problema es que la gente cree que el amor lo salvará todo".
        "Hasta la gente más antipática exige que el amor los salve de ellos mismos".
        "Casi no vale la pena levantarse de la cama. Una apenas acaba de entender el rumbo de un nuevo día y éste ya ha desaparecido. A veces lo mejor sería dormir toda la jornada. O incluso el invierno entero".
        "Le digo:
        -Te echo de menos.
         Él me dice que no puede estar conmigo porque ahora la vida lo ha llevado a otro lugar".
        "Ella reconoce que había subido atraída por el olor de la comida pero también que había sentido la necesidad de mirar la vida misma".
        "Es el asombro lo que hace que nos sintamos vivos".
        "Quizá no sea lo menos importante de una relación lo que aún no se ha acabado, lo que aún queda por hacer juntos".
        "El que se va ya nunca es el mismo, aunque vuelva".
        "Una conoce este caos en el alma, no tener su casa en ninguna parte, estar siempre en busca de un hogar, padecer una morriña crónica".
        "El poeta es un cuervo que busca lo que brilla".
        "Seguramente hace mucho que se han extinguido- dice Perla -, excepto en el pensamiento de los que seguimos aquí con vida por ahora. El ser humano es como cualquier otra llamarada fugaz: nace, parpadea y se acabó la historia. Yo no perdería el tiempo en ponerme a observar algo que probablemente se apagó hace tiempo. Una ya está lo bastante ocupada con la muerte. No, sería difícil decir que yo soy del tipo de persona que observan las estrellas".
        "En otra ocasión le dije a mi madre que me fastidiaba tener que esperar a que alguien viniese a llamar a la puerta para preguntar si yo quería salir a jugar. Ella sostenía que la vida consistía en esperar y que la sociedad actual subestimaba el aburrimiento. En el vacío del aburrimiento nacen incontables posibilidades y de ellas surgen creaciones importantes. Los mayores logros de la humanidad han nacido del hastío, ¿o acaso crees que Brahms no se aburrió nunca?. Si le hubiese confesado que estaba sufriendo, ella me habría respondido que dolor y deseo son precisamente el sentimiento básico de la creación. Y asimismo podría haber añadido: <El mundo recuerda el sufrimiento durante medio día; el poeta le da un significado y hace que perdure. Porque un hombre atormentado busca la belleza>. (...)
         Después de haber leído biografías de artistas como parte de mis estudios de Psicología, he visto que muchos poetas tienen en común un exceso de sufrimiento en la infancia. Mi madre, una mujer del pueblo llano y sin estudios que trabaja en la cantina de una escuela con el salario mínimo, tenía razón en esto como en muchas otras cosas. El asunto es que a mi me apetecía mucho más estar con los otros chiquillos jugando al fútbol que en el mismo grupo de Brahms. Yo quería que los enanos también formasen parte del resto del mundo".
        "Escucha, no puedes recuperar tu antigua vida de nuevo, así que estás obligada a cambiar de vida; despierta, tienes que mirar a tu destino a los ojos".
        "Yo no puedo cargar con todo el sufrimiento del mundo como haces tú".
        "Cuídate de no andar perdiendo el tiempo tejiendo y destejiendo los mismos puntos sin parar".
        "La vida siempre está cambiando de dirección. No hay persona más madura que aquella que cambia de modo de pensar siete veces a la semana".
        "El perfil dice más de una persona que sus zapatos".
        "Aunque una esté conforme, no significa que no tenga sus sueños".
       









viernes, 4 de marzo de 2016

Banana Yoshimoto



                                                       BANANA YOSHIMOTO





        Su nombre real es Mahoko Yoshimoto ( 24/07/1964) pero utiliza el pseudónimo de Banana porque le encantan las flores rojas del banano ( " por su belleza andrógina" ).
        Escribió su primera novela ( Kitchen ) cuando era estudiante universitaria ( 1987 ) con tanto éxito que alcanzó más de sesenta ediciones en Japón y fue traducido a más de veinte idiomas.
        En sus obras hay varios temas en común: la muerte, lo sobrenatural, su interés por lo cotidiano, el adulterio y la pérdida.
        Es una mujer tímida y en sus novelas se aprecian muchos valores japoneses. Tiene un estilo sencillo y muestra un amor excepcional por la naturaleza y las cosas sencillas.
        Las protagonistas de sus obras son mujeres, y a pesar de que es reacia a hablar sobre el papel de ellas en la literatura de su país opina que " las mujeres ( japonesas ) asumen considerables excesos. Trabajan fuera de casa, al igual que los hombres, durante muchas horas, hacen las tareas domésticas, tienen que estar guapas, tener hijos... Muy duro. Intentan hacer todo lo que pueden esforzándose al máximo y es muy estresante".
        Es un placer adentrarse en sus páginas. Por ese estilo claro e inocente que posee empatizas con cada personaje y sientes las alegrías o las frustraciones como si fueran propias. No sólo conoces la cultura y las costumbres japonesas, sino que las entiendes y quieres averiguar más.
        Hace tiempo en una entrevista dijo algo que sin duda ( para mí ) es maravilloso y que por lo menos conmigo ( y espero que con muchas y muchos ) lo ha conseguido: " No me importa que se olviden de todo, de mi cara y de mi nombre; pero cuando alguien se encuentre con problemas en su vida, cuando sufra, me gustaría que algunas de mis frases le viniera a la mente, le aliviara. Simplemente quiero dejar tras de mí las novelas que sean así".

        Sin duda, yo no olvidaré ni su nombre, ni sus frases, ni sus libros.

        Algunas de sus obras: Kitchen, Tsugumi, Sueño profuno, Amrita, Recuerdos de un callejón sin salida, Un viaje llamado vida, N.P, El lago...


                                                        UN VIAJE LLAMADO VIDA




        El libro de hoy es una de sus obras más autobiográficas. En ella nos describe sus experiencias durante diferentes viajes que ha ido realizando a lo largo de estos años ( Egipto, Francia, Brasil, Italia... ) e incluso en su propio país.
        Escribe desde el corazón situaciones cotidianas, como por ejemplo, la muerte de su mascota o cómo se siente al cuidar de una planta.
        Un libro que te hace apreciar la simplicidad de la vida y la importancia de aprender a no amargarse por cosas o circunstancias que no merecen la pena.

        Lo mejor en sus palabras:

        " Aunque hubiera sido por un momento, el hecho de haber probado juntos una vida feliz, me alegró".
        " Es probable que la vida consista en algo simple y que el cuerpo humano se sienta satisfecho sin necesidad de lujos, ni de servicios perfectos. Eso creo".
        " Querer vivir en el lugar donde uno nació, donde se crió, y luego cuando sus propios hijos se hagan mayores, y después con sus nietos, seguir viviendo en la misma ciudad, en el mismo país...Creo que en un buen lugar surge de manera natural tal pensamiento".
        " Cuando más tristes y difíciles son algunos momentos, más capaces somos de apreciar el simple placer de divertirse".
        " Y acumular buenos recuerdos es la única cosa que podemos hacer en la vida, creo".
        " La cuestión no es que algo se pueda comprar ni su cantidad, sino que se trata de la sensibilidad de las personas. Un simple tulipán me ha hecho sentir que esa primavera era única en la vida".
        " Somos capaces de adaptarnos con la misma velocidad que olvidamos".
        " No hay que tener prisa en la vida".
        " Perder algo que había tenido en casa durante años, aunque se trate de una pequeña planta, es triste".
        " Muchos de nuestros miedos son producto de nuestra imaginación".
        " Aproximarse a la vida de una especie diferente a nosotros añade un buen sabor a nuestra propia existencia".
        " Matar el tiempo... qué lujo".
        " Las felicidades son diminutas y triviales como las pequeñas flores..., la vida verdadera consiste en tales cosas".
        " Es probable que algunas cosas rápidamente eliminadas, que aparentemente no tienen nada que ver con la vida, y que nos parecen irreconocibles, ineficaces e insignificantes, sean paradójicamente los elementos más nutritivos para nuestra alma".
        " Sin darnos cuenta, ponernos nerviosos contagia a quienes nos rodean, nos bloquea y no podemos ni respirar".
        "Crear recuerdos es lo único en lo que consiste la vida".
        " No hemos nacido para trabajar a disgusto sin cesar, sin detenernos nunca, corriendo hacia la muerte, abandonando nuestra propia vida sin dejar de sentir que nos falta algo y que somos inferiores a los demás".
        " Otro recuerdo que tengo de la nieve en Tokio es cuando mi husky siberiano en su corta vida jugó por primera y última vez en la nieve.
        Con una expresión como si dijese:< ¿ Qué es esto? >, se lanzó sobre la nieve. Seguramente, gracias al instinto de su raza, originaria de países fríos, enseguida adquirió habilidad y comenzó a disfrutar de la ciudad nevada. Su felicidad me apenó. Le pedí perdón en mi interior por criarlo en un país sin nieve".
        " Es la pequeña felicidad de poder sentir con emoción y nostalgia el valor de las cosas que de niña no entendía".
        " Me parece que son muchos los que viven adoptando el papel de víctimas de los demás, a quienes juzgan ausentes, acrecentando su antipatía. Sienten envidia de aquellos que adoptan una solución alternativa sin hacer del timbre roto un problema, y que llaman a la puerta con una sonrisa".
        " No está bien vivir haciendo cosas que no me gustan, o quejándome todo el tiempo mientras las hago para alguien...".
        "La muerte no se acercó confundiéndonos, sino que llegó tranquilamente con un paso tras otro.
        -< Ella ya no puede, ni quiere luchar, pero siente pena por separarse de ti >.
        Tal vez, esta es la comunicación entre alma y alma. No son necesarias palabras, paso a paso vamos comprendiéndonos mutuamente y podemos seguir una vida juntos.
        Después de haber experimentado todo esto sin desviar la mirada, parece que tengo menos miedo de mi propia muerte".
        " Es cierto que todo desaparece de este mundo algún día para convertirse en un lugar adonde no puedes regresar por más que quieras.
        Quiero ir acumulando en mi mente tantos recuerdos que no quepan en mi vida".
        " Los días pasan. Las cosas cambian... Cuando me vienen a la mente los recuerdos nostálgicos, siento una punzada en el pecho".
        " Acumular muchos recuerdos, tampoco nos aporta seguridad ni nos garantiza la longevidad. Pero, en el fondo, nadie tiene por qué saberlo. Pero si acumulamos muchos recuerdos, sin duda nos volveremos capaces de pensar por nosotros mismos. De modo que podemos morir con nuestro propio juicio".

martes, 1 de marzo de 2016

El sabotaje amoroso



        Hoy sigo con otro libro de la genial Amélie Nothomb:

        Fue su segunda novela después de su debut con "Higiene del asesino".
        En este libro nos relata las vivencias de su infancia en China. La protagonista, una niña de siete años, se enamorará de Elena y descubrirá la angustia de sentir un amor no correspondido y la importancia de la pérdida de la infancia, a la que se aferra en cada página.
        Otro libro original que hace que recapacitemos sobre la ternura y el dolor y todo lo que perdimos en la niñez y la angustia que supone.

        Como siempre, mejor descubrirlo en sus propias palabras:

        "Pekín no tenía demasiado que ver con el mundo".
        "Aquel año comprendí una tremenda verdad: en este mundo, nadie es indispensable salvo el enemigo".
        "Lo propio de las verdades desconcertantes es que rehúyen cualquier análisis".
        "Siempre fui consciente de que la edad adulta no contaba: a partir de la pubertad, la existencia sólo es un epílogo".
        "El universo existe porque yo existo".
        "La única manera de dejar de sufrir consiste en mantener la cabeza vacía".
        "Solemos burlarnos de los niños que justifican sus desmanes con la siguiente queja:<¡Ha empezado él!>. Sin embargo, ningún conflicto adulto encuentra su génesis en otra parte".
        "Uno de los vicios de la historia consiste en que cada uno sitúa el comienzo de las cosas a su antojo".
        "No conoces bien la tristeza del mundo hasta que has visto las tierras que rodean Pekín".
        "Su paso lento, con aire ausente, feliz en su soledad".
        "Hasta los catorce años, dividí a la humanidad en tres categorías: las mujeres, las niñas y los ridículos".
        "El vocabulario de la felicidad y del placer siempre ha sido más pobre, y eso en todas las lenguas".
        "Antes no existe".
        "No me gustan las metáforas. Así que no diré que la  nieve urbana es una metáfora de la vida. No lo diré porque no hace falta: todo el mundo lo ha entendido".
        "Hay que desconfiar de las flores.
        Sobre todo en Pekín".
        "No todo el que quiere puede ser enemigo".
        "A veces ocurre que el orgullo nos hace perder el sentido de la dignidad. Si a eso se le añade un amor loco y escarnecido, la debacle puede adquirir proporciones terribles".