lunes, 20 de junio de 2016

R.G.P





        Siempre hay días perdidos,
        días de lamerse las heridas
        y cansarse de los ánimos
        de la gente,
        pero más de los míos.
        Es insignificante
        esta angustia pasajera
        que me va quitando
        todo lo que no importa.
        (Supongo que me seguirán
        esperando todos esos lugares
        en los que quiero respirar).
        Mientras tanto
        sigo con esta vergüenza
        que debería tener
        la gente afortunada
        que se cree con derecho
        a ser infeliz.

             

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