viernes, 10 de junio de 2016

ELVIRA SASTRE




                               
   

        Elvira Sastre nació en junio de 1992 en Segovia. Desde muy pequeñita (y gracias a su padre que le inculca el amor por la lectura) comienza a leer y a escribir.
        A los doce años escribe su primer poema y poco después crea un blog con el nombre de "Relocos y Recuerdos".
        Unos años más tarde se instala en Madrid para cursar Filología Inglesa. Allí seguirá escribiendo y participando en un sinfín de eventos poéticos.
        Elvira tiene publicados tres libros de poemas: Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo, Baluarte y Ya nadie baila.
        Además de escritora y filóloga inglesa también es traductora literaria y en estos momentos está preparando su primera novela (con la editorial Seix Barral).
        Sastre es inspiradora, cercana, directa, sencilla, apasionada.
        Fue ganadora del premio "Emiliano Barral" y además de sus poemarios ha compartido escenario con diversos cantautores (Diego Ojeda, Dani Hare, Adriana Moragues, Joaquín Sabina, Jorge Drexler, Leonor Watling...) y con poetas (Carlos Salem, Escandar Algeet, Benjamín Prado...).
        Su primer trabajo como traductora ha sido "Los hijos de Bob Dylan" (Valparaíso) y posteriormente tradujo al inglés las letras del último disco de Vetusta Morla ("La Deriva"). Hace muy poco (abril de este año) tradujo también para Valparaíso un libro de poemas de Oscar Wilde (en el que también escribe el prólogo).
        Ha participado en la Feria del libro de Madrid y de Soria, la Feria del Libro de Bogotá, el Festival de Narradores Orales de Segovia, el Festival Inverso o el Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México 2015. Ha dado conferencias en varias universidades de Estados Unidos y ha realizado una gira por Estados Unidos y México.
        Cuenta con decenas de miles de seguidores en las redes sociales y su blog sigue recibiendo cientos y cientos de visitas.
        Encabeza las listas de los libros de poesía más vendidos del país.
        Sus libros hablan de la pérdida, la esperanza, la ausencia, el amor, el desamor, heridas, abrazos, desahogos, olvido, superación...
        El mismísimo Benjamín Prado (que personalmente también me encanta) ha dicho sobre ella: "Elvira Sastre le ha enseñado a nuestra poesía el idioma de la juventud" y "Hay poemas de Elvira que me da rabia no haberlos escrito yo".
        Elvira cree que "todos estamos hechos de marañas internas, nudos que no se deshacen, suspiros que se quedan en la garganta".
        Define la inspiración como "una sacudida que nace dentro del cuerpo (...) algo inmediato que nace y ha de salir en el momento".
        No le gusta evitar la tristeza, le gusta que haya alguien al otro lado de su poesía y para ella lo importante son los poemas, no los poetas.
        Ha aprendido a ponerse en la piel de los demás gracias a leer y define su poesía como "directa, sencilla pero no simple y visceral".
        Sus aficiones son: leer, escribir, comprar plantas (e intentar que no se mueran), escuchar música, viajar, ir a conciertos, buscar ofertas de cosas inútiles por internet, comer y el vino blanco.
        Cree que la felicidad es un recuerdo y que "la poesía es el idioma verdadero del ser humano, pone en palabras el resultado de un buceo dentro de nosotros mismos. En una sociedad superficial, egoísta y egocéntrica, la poesía da la vuelta a las cosas y nos muestra tal y como somos: seres humanos capaces de buscar la sencillez de un amor, la calma del silencio o la paz que existe entre las tormentas. Necesitamos más versos y menos gritos".
        Me quedo sobre todo con su idea de que "siempre es un buen momento para la poesía".





                             






        Hoy escojo este título(aunque los tres que ha escrito me han encantado).
        Desde que tuve la suerte de leer a Elvira Sastre aguardo con impaciencia otro nuevo poemario. Cuando me preguntan en el trabajo (soy librera) por algún poeta que me guste o que recomiende hasta ahora tenía nombres como Mario Benedetti, Benjamín Prado, Sylvia Plath, Ángel González, Wislawa Szymborska... pero desde que leí por primera vez a Elvira la tengo presente en todas mis recomendaciones y en mi biblioteca particular.
        Desde hace bastantes meses a las librerías llegan nuevos libros de nuevas poetisas y nuevos poetas que inundan las estanterías de novedades. Personalmente creo que es algo bueno porque veo que la poesía llega últimamente a muchas más lectoras y lectores jóvenes, gente "nueva" que han conocido por las redes sociales (poemas que les conmueven) y que gracias a eso visitan las librerías y escogen lo que más les gusta.
       Entre toda esta nueva generación de poetas sin ninguna duda mi preferida es Elvira Sastre. Creo que es aguda, sensible, conmovedora, natural, directa...
        Un poemario precioso.

        Los versos que más me gustaron:

        "A quien ya no baila y sólo espera la siguiente canción".

        "Te sientas
        y lo primero que haces es avisarme:
        No llevo ropa interior
        pero a mi piel la viste una armadura.
        Te miro
        y te contesto:
        Me gustan tanto los hoy
        como miedo me dan los mañanas".

        "Una vida sin valentía
        es un infinito camino de vuelta".

        "Era ese punto exacto de felicidad
        que tiene la tristeza
        y que nunca se encuentra".

        "La última primera vez que la vi
        estaba de espaldas
        - cómo no,
        ella siempre por delante del mundo-,
        y me tembló cada huella".

        "Ella caminaba
        y decía que los ayeres
        nunca podrían convertirse en mañanas;
        que cuando el reloj se rompe
        de nada sirve darle cuerda;
        que hay flores que duran un verano
        porque la vida es así,
        y de nada vale ahogarlas en agua
        si ya es invierno".

        "Fue uno de esos momentos
        en los que las palabras sobran".

        "Estaba más bonita, más desnuda y más
        lluvia que nunca".

        "Hay cosas que no pueden terminarse
        porque nunca han comenzado".

        "He escrito mi vida
        y no me he reconocido.

        He querido tanto
        que me he olvidado.
        He olvidado tanto
        que me he dejado de querer".

        "He sangrado,
        pero
        todas mis espinas
        han evolucionado a rosa.
        Y ahora
        mi vida
        huele a flor".

        "Que no confío en quien me quiere
        por no salir de mi rutina".

        "Que me resulta imposible
        mirar a otros ojos más de tres segundos
        porque me aterra ser descubierta".

        "Que echo de menos mi futuro
        y así con todo,
        que soy tan minúscula como el punto de una i
        y prescindible como una exclamación de apertura".

        "Cuando uno se marcha,
        se da cuenta de que hogar no es de donde vienes
        ni a donde vas.
        Llevamos la casa a cuestas,
        y a veces son tan empinadas y estrechas
        que la abandonamos a mitad de camino.

        Por eso,
        cuando nos perdemos a nosotros mismos
        cuesta tanto sentirse a salvo.

        Cuando uno se marcha
        y vuelve al tiempo,
        lo hace con otro color de ojos,
        con un peso diferente en las manos,
        con un sabor distinto en la espalda.

        A ti podría decirte
        que para mí
        cualquier lugar
        es mi casa
        si eres tú
        quien abre
        la puerta".

        "Eres lo más bonito
        que he hecho por mí".

        "No me apena la tristeza,
        no me dan miedo los días malos
        ni las malas personas,
        no evito mi caída,
        no me importa no acertar".

        "Al final siempre acabo besándote,
        que es la mejor alternativa a la poesía".

        "Hubiera jurado que fuiste real
        cuando te vi llorar por mí".

        "Ojalá entendieras lo sola que me siento
        cuando te pienso,
        como si cargara con una tristeza que no me corresponde".

        "Quizá sea más triste el silencio
        cuando no es forzado".

        "Y hace ya demasiadas palabras
        que sé que eres un motivo pero no la causa
        -esa gran diferencia
        que tan poca gente entiende-".

        "Tengo que aprender a llorar mejor,
        olvidar la vida que no pasa".

        "Aquí hace tiempo que ya es primavera".

        "Pero mírame: he aprendido a bailar
        -quién lo diría, amor,
        con esta vida que llevo tan llena de tropiezos-".

        "Son inútiles mis trampas:
        combatir el miedo a caer
        no se hace luchando desde el suelo".

        "Quizá sólo se trata de encontrar a quien
        te sigue mirando
        cuando tú cierras los ojos".

        "No dejo de escribir.
        No quiero morir".

        "Un abrazo falso duele más que una puñalada".

        "La vida es para quien se conforma.
        La poesía,
        para quien sueña y desea...".

        "De ti sólo podrán tener tu aire que ya no existe, que
        ya es eco,
        un recuerdo
        que viene y va como el verano".

        "Yo te he escuchado preguntándote por qué la vida
        es a veces todo lo contrario a su nombre".

        "Ser sencillo no implica ser fácil".

        "Un día escribiste mi nombre al final de todos mis puntos".

        "Allá alguien me ha dicho:
        para ser feliz sólo hay que querer serlo.
        Y yo te quiero como si no existiera otra opción,
        así que imagínate
        lo
        feliz
        que
        soy".

        "Si no estás,
        no me sobra nada:
        me falta todo".

        "Les enseñaré mis heridas para que aprendan
        que acariciar el pasado también sirve para torcer el camino".

        "Les haré darse cuenta de
        que una cicatriz
        es un recordatorio de la victoria".

        "Hay mujeres
        que son pájaros sin alas en un cielo lleno
        de recuerdos".

        "Hay mujeres
        que son signos de interrogación abierta,
        tres exclamaciones siguiendo
        una huida".

        "Volveré a por ti
        y sonreír será entonces sencillo.

        Has de saber
        que una persona está hecha de otras".

        "Siento una urgencia extrema
        de no decirte nada".

        "Me sobra olvido,
        ya ves qué tontería,
        cómo puede sobrar algo que no se tiene".

        Los poemas que más me gustaron:

                YO NO QUIERO SER RECUERDO

        A la mierda
        el conformismo:
        yo no quiero
        ser recuerdo.
        Quiero ser tu amor imposible,
        tu dolor no correspondido,
        tu musa más puta,
        el nombre que escribas en todas
        las camas
        que no sean la mía,
        quien maldigas en tus insomnios,
        quien ames con esa rabia
        que sólo da el odio.

        Yo no quiero
        que tu mundo se dé la vuelta
        cada vez que yo me marche,

        quiero que darte la espalda
        sólo signifique
        libertad
        para
        tus
        instintos
        más
        primarios.

        Yo no quiero
        quitarte las penas y condenarte,
        quiero ser la única
        de la que dependa
        tu tristeza
        porque esa sería
        la manera más egoísta y valiente
        de cuidar de ti.

        Yo no quiero hacerte daño,
        quiero llenar
        tu cuerpo de heridas
        para poder lamerte después,
        y que no te cures
        para que no te escueza.

        Yo no quiero
        dejar huella en tu vida,
        quiero ser tu camino,
        quiero que te pierdas,
        que te salgas,
        que te rebeles,
        que vayas a contracorriente,
        que no me elijas,
        pero que siempre regreses a mí
        para encontrarte.

        Yo no quiero  prometerte,
        quiero darte
        sin compromisos ni pactos,
        ponerte en la palma de la mano
        el deseo que caiga de tu boca
        sin espera,
        ser tu aquí y ahora.

        Yo no quiero
        que me eches de menos,
        quiero que me pienses tanto
        que no sepas lo que es
        tenerme ausente.

        Yo no quiero ser tuya
        ni que tú seas mía,
        quiero que pudiendo ser con cualquiera
        nos resulte más fácil ser
        con nosotras.

        Yo no quiero
        quitarte el frío,
        quiero darte motivos
        para que cuando lo tengas
        pienses en mi cara
        y se te llene el pelo de flores.

        Yo no quiero
        viernes por la noche,
        quiero llenarte la semana entera
        de domingos
        y que pienses que todos los días
        son fiesta
        y están de oferta para ti.

        Yo no quiero
        tener que estar a tu lado
        para no faltarte,
        quiero que cuando creas
        que no tienes nada
        te dejes caer,
        y notes mis manos en tu espalda
        sujetando los precipicios
        que te acechen,
        y te pongas de pie sobre los míos
        para bailar de puntillas
        en el cementerio
        y reírnos juntas de la muerte.

        Yo no quiero
        que me necesites,
        quiero que cuentes conmigo
        hasta el infinito,
        y que el más allá
        una tu casa y la mía.

        Yo no quiero
        hacerte feliz,
        quiero darte mis lágrimas
        cuando quieras llorar
        y hacerlo contigo,
        regalarte un espejo
        cuando pidas un motivo
        para sonreír,
        adelantarme al estallido
        de tus carcajadas
        cuando la risa invada tu pecho,
        invadirlo yo
        cuando la pena atore tus ojos.

        Yo no quiero
        que no me tengas miedo,
        quiero amar a tus monstruos
        para conseguir que ninguno
        lleve mi nombre.

        Yo no quiero
        que sueñes conmigo,
        quiero que me soples
        y me cumplas.

        Yo no quiero hacerte el amor,
        quiero deshacerte el desamor.

        Yo no quiero ser recuerdo,
        mi amor,
        quiero que me mires
        y adivines el futuro.


              LLOVIMOS TANTO QUE ME AHOGUÉ

        Hablamos tanto de la lluvia
        que un trueno acabó atravesándome la garganta
        y tuve que escapar.
        Tu vida o tu corazón, me dijo alguien,
        quiero pasar mi vida en el suyo, le dije yo,
        pero eso no era posible,
        era tan imposible como un amor platónico cumplido,
        como tú y yo, cumplidas,
        como tú,
        como pedirte que te quedaras después
        o vinieras antes,
        como mantenerte encendida
        al otro lado de la calle
        viéndote por la noche sin poder tocarte
        y no consumirme en el esfuerzo
        de querer tu imposibilidad
        al lado de mi almohada,
        como negarte a ti
        y no negarme a mí en el intento,
        como olvidar tu pelo,
        como fingir que no estás
        detrás de cada palabra que me perturba,
        como pretender saber
        no echarte de menos
        y conseguirlo,
        como asentir
        creyendo que es cierto
        eso de que es el frío
        el que hace las ausencias más largas
        cuando ahora la única que existe es la tuya
        en medio de este incendio de cenizas.

        Te acabas de ir
        y tus ruidos ya se escuchan por las noches.

        Era tan imposible
        - tan
        imposible
        como
        pedirte
        que
        te
        quedaras
        conmigo-.

        La tormenta me sorprendió contigo atrapada
        en la mirada,
        lanzando botellas al mar llenas de besos
        que nunca llegaban, que se extraviaban
        que se equivocaban de puerto,
        que se rompían intentando llegar a mi boca
        y confundían mis barcos y me llenaban de cristales
        los labios
        que, pegados a la ventana,
        congelados,
        sólo esperaban verte amanecer.
        Y entonces un día me dejé vencer,
        olvidé dónde buscarte,
       comencé a despegar
        tus nudillos de mis pulmones,
        me eché la sal de tu sudor perdido
        en los ojos,
        prohibí tu olor en mis domingos
        y escribí todos los antónimos
        de tu nombre en mis ventrículos,
        si no te olvido a ti
        no les olvidaré a ellos,
        y al final lo único que quedó
        fue un miedo tan inmenso como inconfesable
        y un deseo,
        sólo quería marcharme de ahí y dejar de esperarnos,
        irme lejos, pensando que lejos es donde no estás,
        sin darme cuenta de que donde realmente estás es en mí,
        y que no te irás hasta que yo lo decida.

        Pero empezaba a tener frío
        y tú no venías a curármelo,
        así que tuve que pedirte sin decírtelo
        que me volvieras a dejar en tierra y siguieras con tu vuelo
        pero antes quise hablarte del cielo que te rodea,
        de que cuando hablas realmente creo
        que los relojes carecen de sentido
        si no es para pararlos y escucharte un rato más
        -sólo un ratito más, lo juro-,
        que tuve todos los continentes en mis bolsillos
        después de tu abrazo
        porque cuando tú respiras
        el mundo, a veces, se paraliza,
        y otras, en cambio, se tambalea,
        pero eso es algo que sólo entendemos
        los que hemos visto a la poesía perder las comillas,
        que tu risa astilla las penas
        y que aunque nos encontráramos en medio de una guerra
        que por no querer luchar terminamos perdiendo,
        encontré la paz en tus maullidos,
        y fuiste algo así como volver a casa
        por primera vez
        después de perder mil batallas en la espalda.

        Quise decirte que mi papel
        siempre se redujo a contemplarte desde lejos
        y volverte tinta,
        que pudimos
        y aunque no fuimos
        siempre seremos
        -ojalá entiendas eso-,
        que nos hicimos el amor
        una noche que llovimos
        y por eso te llevaré conmigo
        siempre.
        Que ojalá la huida
        hubiera sido de tu cama a la mía,
        que ojalá la lucha
        se hubiera reducido a morderte las caderas
        y no a este cansancio
        lleno de ojeras mudas,
        que ojalá volviera a verte
        cada invierno de mi vida
        y vieras que contigo nunca tuve prisa
        porque conocerte es viajar y besar
        dulce y lento
        un día de invierno
        llenas de frío por fuera
        y de amor por dentro.

        Y que ojalá sonrías
        y no te culpes
        ni te castigues:
        tú cambias vidas,
        pero no destinos.


             ANTES(POEMA A LA MANERA DE MI PADRE PARA MI PADRE)

        Antes.
        Antes
        de la música vino tu risa.
        Antes
        de los sueños vinieron tus cuentos,
        las noches sin dormir,
        la historia de tu vida
        que terminó acunando la mía.

        Antes
        de la calma vino tu voz,
        antesala del descanso,
        arrulladora como la espuma del mar,
        justa como las divisiones exactas,
        pacífica como quien camina abrazado
        -bandera blanca entre batalla y gruñidos-.

        Antes
        del miedo vino tu verdad,
        tu empujón tranquilo sin ruedines,
        tu experiencia de vida sin edulcorar
        que te llevó a tener esa dulzura tan propia
        y única que envuelve tu alma.

        Antes
        de la pena vinieron tus ojos tristes
        a enseñarme la belleza del sufrimiento,
        a mostrarme que el silencio puede ser un ruido aterrador
        o la composición más delicada,
        a señalarme que en la ausencia
        se encuentra el recuerdo
        -y eso es a menudo
        la mayor presencia de alguien-.

        Antes
        de la poesía vinieron tus manos,
        tu rostro en mi espejo,
        tu letra en mi mesilla de noche,
        tus libros en mis ojos,
        tu conocimiento sobre mi almohada.

        Antes
        de la felicidad vino tu caricia,
        tu orgullo hecho nudo en la garganta,
        tus brazos tan gigantes y pequeños
        que protegen sin querer
        y salvan queriendo
        a cualquiera que se cruce en tu cariño.

        Antes
        del amor viniste tú con mamá,
        con la abuela, con tu hermana, con tu hija,
        y con esa manera de tratar a todo lo que amas
        como si cada persona fuera un latido
        y tú el corazón más inmenso de la familia.
        Antes
        de mí, del mundo que conozco,
        de la vida que he escogido,
        de la gente que amo y olvido
        en pasado, presente y futuro,
        del camino en el que me pararé a descansar
        y aquel del cual me saldré,
        de las dudas, los miedos, mis sueños;

        antes
        de todo lo que venga durante y después de mí
        estás tú
        porque empapas mis virtudes
        y nunca has disimulado mis defectos,
        porque la admiración y el amor se han hecho uno
        cuando alguien me pregunta por ti,
        porque tu mérito no es haberme dado la vida
        sino haberme enseñado a vivir.

        Porque quiero amar de la manera que tú amas.
        Porque te amo de la manera que tú me amas.
 












       
       

     

     



     

     

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