DIANA LÓPEZ VARELA
Pontevedra, 1986.
Guionista,bloguera,columnista y directora (entre tantas otras cosas).
Cree que el humor es una herramienta estupenda para luchar.
Licenciada en periodismo y siempre embarcada en nuevos proyectos.
Ha escrito y dirigido "No es país para coños", coescrito el largometraje de animación "Memorias de un hombre en pijama" (adaptación del cómic de Paco Roca), trabaja como guionista en programas de televisión, escribe en el National.cat, en Diario de Pontevedra, en Jot Down Cultural Magazine...
Tiene un blog (desde 2012), "Suspenso en religión", en el que podemos disfrutar de su visión de la vida y del feminismo.
Es directa, graciosa, sin pelos en la lengua, luchadora...
Su estilo engancha y te hace reflexionar.
Con tan sólo treinta años empieza comiéndose al mundo, o por lo menos, a una parte de ese mundo tan retrógada al que nos tenemos que enfrentar día tras día la mayoría de las mujeres de este país (y del mundo).
Ha escrito su primer libro (titulado igual que su obra de teatro) "No es país para coños. Sobre la necesidad de una sociedad feminista",y personalmente me ha parecido muy interesante (y me he quedado muy sorprendida, para mal, con un sinfín de datos, análisis, estudios,declaraciones...cosas que me parecen increíbles que puedan seguir sucediendo en este siglo...).
Una obra que te hace abrir la mente, preocuparte, discutir, dudar, enfadarte, reirte, envalentonarte...y quererte. Sí; quererme (querernos...más y mejor).
Para mujeres y hombres que crean y quieran una sociedad justa(y lectura "obligatoria" para los que piensen lo contrario).
Un libro para darnos cuenta de la importancia de la necesidad del feminismo.
Lo que más me ha llamado la atención:
"El curso de la humanidad lo han decidido unas pocas personas a las que tacharon, como mínimo, de ilusas y desviadas en su momento. Todas estas mujeres son ejemplo de que las aportaciones y la rebeldía individual sí pueden generar cambios fundamentales en la historia".
"Y me di cuenta de que yo ya era feminista mucho antes de que Gallardón me cabrease; de que probablemente ya lo era cuando, jugándome un zapatillazo, le decía a mi madre que no me daba la gana recoger el plato de mis hermanos. Cuando después de negarme a besar a un chico de clase, él me empujó contra la pared de la discoteca y me amenazó diciéndome que no se me ocurriera decírselo a nadie porque tenía novia y todos me odiarían por provocarlo. Cuando, con dieciocho años, rompí unilateralmente las relaciones con mi pandilla del instituto por lo molesto que me resultaba que llamasen <cerdas> y <zorras> a todas las chicas que no les caían bien. O cuando recordé lo mal que me había sentido después de no denunciar a aquel imbécil que se propasó".
"Tradicionalmente, las feministas han sido señaladas como mujeres amargadas y enfadadas que odian a los hombres".
"No entiendo el feminismo si no está asociado a la alegría de civir. A las cosas buenas".
"Lo peor de todo es que todavía hay gente -demasiada- que cree que <feminismo es lo mismo que machismo, pero al revés>".
"A pesar de la corrección política de nuestros académicos, el término <mujer> aparece relacionado hasta en cuatro ocasiones con el de <prostituta>".
"La tercera ola (para mí) comenzó en los años noventa y llega a nuestros días. Es la de la discriminación sutil. La de los <micromachismos>. La del empacho de carne. La del acoso entre adolescentes. La de las desigualdades aprendidas y apenas percibidas. La del paro femenino. La de los obstáculos para acceder a puestos directivos en política y empresas. La de la zancadilla por detrás. Esta época moderna en la que las mujeres siguen pidiendo el noventa y cinco por ciento de los permisos laborales para cuidar a sus hijos. En la que esa conciliacion tan mal entendida es considerada como algo que sólo nos afecta a nosotras. En la que sigue vigente eso de <la maté porque era mía>".
"En el mundo occidental en que vivo, la sensación general es que ya no somos chachas, ni mojigatas, ni analfabetas, ni objetos de decoración (o eso nos hacen creer): somos competencia y compañía para los hombres en un mundo que ha sido creado por hombres a su imagen y semejanza. Pero la historia tiene rostro masculino. Y la única forma auténtica para romper este espejismo de igualdad es conseguir la cooperación de los hombres en la lucha feminista".
"Ser antifeminista y no machista tiene la misma coherencia que declararse antitaurino y admirar a José Tomás.
En ningún lugar del mundo, en ningún momento de la historia, se ha discriminado a los varones por el mero hecho de serlo. Ningún proceso de opresión, dictadura o esclavitud humana tuvo por objetivo discriminar al hombre por razón de su sexo. Los hombres negros, judíos, migrantes u homosexuales han sufrido violencia y represión por su condición social o sus preferencias sexuales, nunca por su sexo (género). Sin embargo, en todo el planeta las mujeres hemos sufrido discriminación, trato desigual y violencia solamente por haber nacido hembras".
"Para animar a la población joven, famosas conocidas por contribuir a la necesaria visibilización de la mujer en bragas y sin cerebro como Kate Perry, Taylor Swift o Lady Gaga se declaran antifeministas porque ellas no necesitan el feminismo. Lady Gaga incluso llegó a asegurar que no era feminista porque <Adoro a los hombres y la cultura masculina. Cerveza, bares, coches>. Está claro que la posición de "privilegio" en la que se encuentran debe influir en la nula valoración de lo que hicieron las feministas por ellas, como ser independientes económicamente y utilizar su cuerpo sin ser detenidas, recluidas, ni sufrir abusos por ello".
"Si de verdad crees en la igualdad, necesitas el feminismo. El feminismo busca la igualdad real, no sólo la que aparece escrita en leyes y tratados de las naciones occidentales y redactados a partir de los años sesenta del siglo pasado. El feminismo quiere que las mujeres tengan los mismos derechos y obligaciones que los hombres: económicos, laborales, reproductivos, sexuales y familiares, teniendo en cuenta nuestras eapecificidades como sexo. El feminismo reclama las mismas oportunidades para las mujeres que los hombres y exige políticas de apoyo para conseguir corregir una situación de desigualdad arrastrada desde hace miles de años y que no desaparece automáticamente por escribir en una Constitución que todos somos iguales. El feminismo también busca la conciliación masculina para que los hombres puedan disfrutar del hogar, la crianza y los cuidados de la familia. Y defiende la inclusión y no discriminación de los hombres en trabajos feminizados, así como el reparto de las cargas económicas en la familia para que el varón no sea el último responsable de traer el pan a casa".
"No conozco a ninguna feminista que luche en contra del derecho de las mujeres de ser madres, pero sí a muchos y muchas antifemimachistas que critican a las mujeres que no quieren serlo".
"El feminismo no quita la libertad de elección de las personas".
"Un derecho no quita otro. El feminismo denuncia lo difícil que es criar hoy a un hijo para una mujer que quiera tener también vida profesional".
"La realidad es que las mujeres cuidan la familia y únicamente entre un diez y un quince por ciento ocupan puestos de responsabilidad".
"El feminismo ni ha quitado ni pretende quitar ningún derecho, otra cosa son los privilegios que discriminan. Las feministas también luchan por obtener la paternidad remunerada. Los hombres están en todas las esferas de poder y sus sueldos son un treinta por ciento más elevados, de media, que los de las mujeres. Reclamar el reparto en las tareas del hogar o el cuidado de los hijos no es quitarles ningún derecho, sino ponerlos en igualdad de condiciones para que todos podamos disfrutar de la familia de igual manera y competir en el mercado".
"Según los datos oficiales, a este ritmo se necesitarán ochenta y un años para lograr la paridad de género en el lugar de trabajo, más de setenta y cinco años para alcanzar igual remuneración entre hombres y mujeres por el mismo trabajo realizado;y más de treinta años para lograr el equilibrio entre mujeres y hombres en los puestos de toma de decisión".
"La violencia y el maltrato en el seno de la familia ejercida por una mujer hacia un hombre - infinitamente menor a la que ejercen los hombres- nada tiene que ver con la supremacía femenina".
"Según la Fiscalía General del Estado, el porcentaje de denuncias falsas en materia de violencia de género en España es de un 0,018%. Desde 2001 y hasta abril de 2015, es decir, menos de quince años, 886 mujeres fueron asesinadas a manos de su compañero sentimental en España (cifras recogidas por el servicio de documentación de El País y que, para cuando se publique este libro, habrán aumentado sustancialmente). La bestialidad de esta cifra se puede ver comparándola con los 829 asesinatos de ETA cometidos en treinta y seis años".
"El feminismo no es hembrismo, no busca la misandria -que la RAE define como aversión a los varones - ni la superioridad de las mujeres respecto de los hombres".
"Decirle a una mujer que conoces y respetas algo bonito acerca de su indumentaria o físico parte de un acuerdo previo y/o tácito entre ambas personas. Silbar, berrear, manosear u opinar en alto sobre el cuerpo de una desconocida o de una mujer con la que no tienes una relación de intimidad - una caso frecuente en el entorno laboral, por ejemplo - es acoso puro y duro".
"Según la ONU, el hecho de haber nacido mujer es suficiente factor de riesgo para sufrir violencia en todo el mundo y, además, una de cada tres mujeres sufrirá violencia de género a lo largo de su vida. ¿Sigues sin necesitar el feminismo?".
"A todos nos educan para no estar solos, también a las mujeres feministas".
"Las mujeres nos escudamos en el amor o en el cuidado de la familia para evitar la dura batalla de pelear por otras cosas".
"La mayoría de nuestros padres se lanzaron a la paternidad como a una piscina sin agua; nosotros, en cambio, necesitamos agua, flotadores, manguitos y un socorrista a diez metros".
"Algunas grandes multinacionales como Apple o Facebook, por ejemplo, ofrecieron a sus empleadas congelar ovocitos para retrasar su maternidad en beneficio de la empresa, que así disponía de sus servicios ininterrumpidos y en exclusiva durante mucho más tiempo".
"Ser madre o padre debería ser algo completamente vocacional, al igual que lo es querer ser un gran cirujano o una estupenda arquitecta. Me ponen enferma los padres y madres que traen hijos al mundo como conejos y derivan su cuidado en sus propias madres".
"John Irving, escritor y guionista ganador de un Oscar, dijo muy acertadamente, en una entrevista concedida en 2016, que si los hombres se quedaran embarazados el aborto sería gratis y libre en todo el mundo desde hace cuarenta años. Nada más que añadir".
"De las treinta mil mujeres con licencia de fútbol que hay en España (sólo un tres por ciento del total de jugadores), únicamente treinta tenían contrato profesional en 2014, pese a jugar en equipos profesionales como Barça, Rayo Vallecano, Athletic de Bilbao o Atlético de Madrid. Los sueldos de las jugadoras profesionales de Primera División (la Superliga Femenina) - estas son de las pocas que cobran - rondan los mil euros mensuales para las más afortunadas, menos que los jugadores masculinos de Segunda B. Algunas mujeres futbolistas sobreviven con contratos basura que ni siquiera pueden reflejar la verdadera actividad a la que se dedican, un problema similar al que se enfrentan las prostitutas , pero con una remuneración bastante más pequeña. En 2015, el salario mínimo de los jugadores de segunda división era de unos setenta y siete mil quinientos euros anuales. El jugador peor pagado de la Primera División se embolsó ciento cincuenta y cinco mil euros esa temporada".
"Las jugadoras de la Selección femenina percibían como dietas veinticinco euros diarios en 2015 - una cifra que no había variado en los últimos veinte años -, como denunció la capitana, Vero Boquete, en un programa de televisión. Tras la emisión de este programa, un directivo de la RFEF, enfermo de generosidad, anunció la idea de pagar a las jugadoras cuarenta euros por día si se concentraban en España y sesenta si lo hacían fuera de nuestras fronteras. Una realidad que debería sacar los colores a la Federación, que pagó seiscientos mil euros a cada jugador de la Roja masculina en el Mundial de Sudafrica (2010) y que había prometido subirles las primas a setecientos veinte mil por cabeza si revalidaban el título en Brasil (2014), trescientos setenta mil si eran finalistas y ciento ochenta mil si llegaban a las semifinales. Sueldos muy normales dentro del fútbol masculino, es cierto, pero que los admirados jugadores de la Roja ni siquiera tributaron en España durante la Eurocopa de 2008".
"Las jugadoras del femenino se tienen que pagar incluso los desplazamientos en autobús dentro de la península".
"En mayo de 2013 Rubén Castro, entonces jugador del Betis, era denunciado por su novia, Laura Pavón, por pegarle de manera muy violenta (en los medios de comunicación circularon fotos de su cara, llena de hematomas) y haberla agredido sexualmente. Meses más tarde, Castro era imputado por cuatro delitos de maltrato y uno de amenazas a su exnovia. En diciembre del año siguiente el jugador del Real Betis fue acusado en firme por el Juzgado de Violencia contra la Mujer de Sevilla, y la Fiscalía solicitó dos años y un mes de cárcel para él. Siendo ya un maltratador condenado, su equipo le permitió seguir jugando como si nada hubiese ocurrido, mostranddo así su apoyo tácito a un agresor.
En febrero de 2015, por si todo este asunto no fuese ya poco vergonzoso, se produjo uno de los espectáculos más lamentables del fútbol de los últimos años. Desde las gradas, cientos de aficionados del Betis corearon la salida del jugador al campo con un cántico repugnante:"Rubén Castro alé, Rubén Castro alé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien". Y luego yo tengo que explicar por qué odio el fútbol masculino.
Pero es que, además, el machismo en el fútbol sale muy barato. Cincuenta euros de sanción es lo que impuso la Real Federación Andaluza de Fútbol a la Unión Deportiva Tesorillo - un club gaditano de la Segunda División masculina andaluza - por los insultos lanzados desde su estadio a una auxiliar de árbitro. Cosas como "guarra, puta, zorra", " si Franco levantara la cabeza y os mandara a vuestro sitio, que es la cocina" o " vete a fregar, que este no es tu sitio" se escucharon en marzo de 2015 desde las gradas de San Martín del Tesorillo. Para seguir con esta democracia misógina que tanto gusta a la RFEF, a la auxiliar se le prohibió realizar cualquier tipo de declaración a los medios de comunicación".
"Arantxa Alonso, seleccionadora de la Selección Catalana Sub-18 femenina y que acumula más de diez años de formación, está convencida de que es más fácil llegar a presidenta de un país que dirigir un equipo de Primera".
"La televisión debería dar los partidos de fútbol femenino en abierto (algo que costaría unos seiscientos mil euros a la RFEF, lo mismo que pagaron a un solo jugador por ganar el Mundial)".
"Según un estudio realizado por UGT en 2015, en España las mujeres cobran de media un veinticuatro por ciento menos que los hombres".
"Las pensionistas cobran, como media, un treinta y ocho por ciento menos que los hombres (la media masculina es de mil sesenta y siete euros; la femenina, de seiscientos cincuenta y nueve)".
"De cada cien permisos solicitados para el cuidado de los hijos, noveinta y cinco los siguen solicitando las mujeres - que no cobran por ello -, a lo que hay que añadir los despidos por embarazos y las maravillosas políticas de conciliación que están destinadas, básicamente, a que sea la mujer la que simultanee su empleo con sus labores de <madreesposa>".
"Las leyes y los gobernantes no paran de repetir que las mujeres tenemos que ¡disfrutar de la crianza!, pero nadie se preocupa por que los padres disfruten en la misma medida de sus hijos".
"La presencia femenina en las cúpulas del poder de las grandes sociedades españolas ha alcanzado el quince por ciento".
"En el otro lado de la balanza está Noruega, un país que fue pionero en implantar las cuotas femeninas por ley y que ha conseguido que las mujeres representen ya el cuarenta por ciento de los directivos de las empresas. En Francia y en Finlandia el sistema de cuotas ha empezado a romper los techos de cristal y ya hay un treinta por ciento de mujeres que dirigen grandes compañías".
"Según una encuesta realizada en los institutos catalanes en el curso 2011-2012, el diez por ciento de las chicas de entre doce y dieciocho años de edad había sufrido acoso a través de internet, las redes sociales o los teléfonos móviles. No es un caso aislado. Se trata de un fenómeno en auge. Según un informe de Save the Children publicado en 2016, uno de cada diez escolares españoles reconocía haber sufrido acoso o ciberacoso. En Bélgica, uno de cada tres adolescentes de esa edad confiesa haber sido víctima de ciberacoso a través de las redes con insultos e intimidaciones. Y un setenta y seis por ciento afirma haber sido testigo de un caso de acoso".
"El cuarenta y seis por ciento de las noticias alimentan los estereotipos de género.
Apenas un seis por ciento de las noticias pone de relieve la igualdad de género o el tema de la desigualdad".
"Las mujeres expertas "temen que se discuta cómo visten o actúan", advierte Cristina Fraga, presidenta de la Asociación Española de Mujeres Profesionales de los Medios de Comunicación. Y lo temen, precisamente, porque es lo primero que se hace en cuanto una mujer se pone a valorar un tema o aparece delante de una cámara de televisión. La presentadora y editora de informativos Carme Chaparro tiene que soportar comentarios del tipo "¿te ha vestido el enemigo?" en sus redes sociales después de cada informativo, como ella misma aseguraba en una entrevista. No es la única que siente esta presión. Pepa Bueno, periodista de reconocidísima trayectoria, se lamentaba en la misma entrevista de que "las canas de Lorenzo Milá lo hacen atractivo y es impensable que una presentadora salga con canas. La tiranía de la imagen a la que estamos sometidas en televisión no la sufren ellos".
"Durante una pausa publicitaria en un programa de Telemadrid, la presentadora - Isabel San Sebastián (otra que tal, capaz de comparar en Twiter un delito de homicidio en grado de tentativa por el abandono de un recién nacido en un contenedor con el aborto) - plantea varios temas a los contertulios entre los que se encuentran un video del desfile de Victoria's Secret. Con el plató lleno de niños, Salvador Sostres soltó más o menos lo siguiente: "Las chicas jóvenes, de diecisiete, dieciocho o diecinueve años, que es ahí donde está la tensión de la carne, en ese punto mágico". Sostres prosigue: "Esa tensión en la carne, esas vaginas que aún no huelen a ácido úrico, que están limpias, que huelen a santidad y parecen lionesas de crema. No pican, son de primer rasurado". San Sebastián le replica: "Tú estás enfermo". Se oyen una y otra vez las risas de los tertulianos, incluida la de San Sebastián, la defensora de la infancia por excelencia. Finalmente, la presentadora le pide al desbocado Sostres (incluso llego a preguntarme si este enfermo habrá tenido relaciones con menores de edad) que mantenga un poco de decoro porque hay alumnos de tres colegios - de Rabat, Tarragona y Cádiz - entre el público. Sostres, sin contenerse lo más mínimo, responde: "¿De Marruecos y de Cataluña? ¿Esto es un colegio o una ONG?". Y lo remata con su buena dosis de racismo:" Son de Rabat, no te preocupes, allí andan sueltos ya".
Sostres también justificó el asesinato de una chica de veintiún años, embarazada, que fue brutalmente estrangulada por su pareja. En su columna de El Mundo (el segundo periódico más leído del país), el inefable Salvador escribió:"Un chico normal de veintiun años que está enamorado de su novia embarazada es normal que pierda el corazón y la cabeza, si un día llega a su casa y su chica le dice que le va a dejar y que además el bebé que espera no es suyo".
"Las barbaridades de Sostres son como la infinidad del cosmos: no acaban nunca. En un artículo con el palmario titular "Una mujer es su cuerpo", publicado en El Mundo en agosto de 2010, recitaba en prosa de taberna:
Suben las temperaturas, baja la ropa y empieza la exhibición. Después de tanto decirnos que quieren que las valoremos por su inteligencia, después de tanto quejarse del presunto sexismo de algunos anuncios de coches, ahí van ellas enseñándolo prácticamente todo, después de una primavera de gimnasio y contención para poder lucir así de bellas. "Al aire el muslo bello y flojo el cinturón", como escribió, memorable, Anson.
Todo un año esperando este momento. En los pueblos de playa, el biquini y el pareo; en la ciudad, las faldas cortas como una noche de San Juan. Y enseñar, enseñar. No veo en los hombres tal preocupación, salvo en las "aves", como diría Machado, "del nuevo gay trinar". Pueden hacer, las mujeres, la propaganda feminista que deseen. Y todo cuanto discurso igualitario. Pero luego llega el sol y alumbra la verdad, indiferente a la retórica de marimachos y camioneras.
Llega el sol y las chicas muestran con total descaro cuáles son sus prioridades y su principal esplendor. La belleza es una caracterísrica femenina tal como el talento es una característica masculina.[...]
Ni siquiera hay grandes cocineras, fuera del ámbito doméstico, ellas que siempre se quejan de haber vivido encerradas en la cocina.
Pero cuando llega en cambio el verano, todas saben lo que hacer. Y lo que muestran es lo que muestran. "Yo quiero que me valoren por mi inteligencia", dice la chica que no ha escrito nunca ningún libro y toma el sol en tetas. Una mujer es su cuerpo".
"Sostres: "No podemos desnaturalizar la relación entre hombres y mujeres dejándonos llevar por el resentimiento feminista, uno de los fascismos más perniciosos de nuestro tiempo. No podemos dejar en manos de personas desequilibradas , equivocadas y tan poco inteligentes, asuntos tan fundamentales como el flirteo.
El feminismo tal y como hoy lo conocemos no ayuda a resolver ningún problema, y es simplemente una propaganda que da rienda suelta al trastorno de algunas mujeres de ver al hombre como su enemigo. El feminismo es también una coartada ideológica para personas con más ganas que hablar que cosas que decir, y por supuesto una interminable agencia de colocación - por la vía de la cuota y por la vía de tanto y tan estéril organismo público o subvencionado - de mujeres que por su capacidad intelectual nunca habrían alcanzado este puesto de trabajo ni este salario.
No he conocido jamás a una mujer inteligente que fuera feminista. Ni que no encontrara humillantes las cuotas. Ni que odiara a los hombres, ni que presumiera de falsas agresiones o abusos como quien se inventa un título universitario".
"En las setecientas películas de mayor éxito de taquilla entre 2007 y 2014, las mujeres sólo hablan, de media, una tercera parte del metraje. En ese último año, de los cien filmes más populares, sólo veintiuno incluían una protagonista femenina, una cifra casi idéntica a los veinte de 2007 [...] de los cien títulos más vistos en 2014, sólo dos estaban dirigidos por mujeres".
"Los anuncios de moda femenina representan a mujeres vulnerables, deprimidas, asustadas, víctimas o perversas entre sí, o así es como las vieron los ojos inocentes de varios niños que participaron en el proyecto Niños vs. Moda de la artista madrileña Yolanda Domínguez. Durante el experimento, varias niñas y niños de ocho años de edad asistieron al visionado de diferentes anuncios de marcas de moda de lujo como Loewe, Pepe Jeans, Alexander Wang o Balmain. Sus conclusiones sobre las mujeres que aparecen en ellos no tienen desperdicio, son de una ingenuidad maravillosa: "enfermas", "asustadas", "pobres", "tristes", "borrachas", "con hambre", "sin casa", "están peleánsose", "muertas"... En cambio, los hombres que los protagonizaban les parecieron "superhéroes", "espías", "del FBI", "felices", "jefes" o "empresarios".
"Luego hay otras marcas, como la ya mentada Desigual, que venden lo que se ha denominado "falso feminismo". En 2014 esta firma española de moda dio la nota con su anuncio del Día de la Madre. En él, una chica se mira en un espejo mientras se coloca un cojín en la barriga para simular un embarazo y, antes de salir de casa, coge los condones y pincha uno con una aguja. "Tú decides", reza el anuncio, retratando a la mujer como manipuladora y embustera. Un falso intento de transmitir poder a las mujeres que lo que hace es retratarnos como caprichosas y desesperadas por tener hijos, aunque sea a costa de mentir a nuestras parejas.
Y el colmo de los colmos son los anuncios de tampones y compresas, que está clarísimo que no están hechos por mujeres en edad de menstruar. Todas bailan y cantan y ríen y enseñan cacha porque, cuando una tiene la regla, lo que más le apetece es pasearse con braguitas de colores, camisetitas cortas y los riñones bien al aire (di que sí, fresco es lo que nos hace falta "esos días")".
"Debido a la sistematización de las muertes de mujeres (en España, sólo en el ámbito de la pareja, casi cada día se produce una) y a la creación de un auténtico Estado opresor, consecuencia de la cultura machista y en donde las potenciales víctimas somos todas las mujeres, las feministas abogamos por el empleo del concepto "terrorismo machista". Los sistemáticos femicidios, el asesinato masivo de mujeres por el mero hecho de serlo (ochocientas a manos de parejas o exparejas; mil cuatrocientas, en total, en menos de veinte años), merecen, a nuestro entender, tal definición".
COLOFÓN
Me siento culpable.
[...] Por follar. Por no follar. Por desear a quien no debo.
Por no desear a quien no debo. Por desear a quien me desea. Por no desear a quien me desea.
[...] Me siento culpable por sentirme culpable.
Y veo mujeres sin culpa, sentirse culpables por lo mismo que yo. Y por lo contrario.
Y me pregunto si no será, la culpa, una estrategia para que nunca estemos contentas, para que nos dejemos culpar de lo que sea, para que encontremos siempre una excusa para agachar la cabeza.
Y me siento culpable por preguntármelo.
Por mi culpa, culpita
Irantzu Varela.
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